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Voto de SunshineReactor:
5
4.6
985
Acción
Michel Vaillant es el nº 1 del pilotaje, campeón indiscutible en los rallyes y circuitos del mundo. Sus éxitos despiertan admiración y envidia. Ruth Wong, directora del equipo Leader, esta dispuesta a todo con tal de hacerlo fracasar y vengar la memoria de su padre, el fundador del equipo. Michel está a punto de correr las 24 horas de Le Mans y comparte la primera fila de salida con los pilotos del equipo Leader. Nadie puede imaginar ... [+]
6 de diciembre de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Driven" de Stallone es el antecedente perfecto para entender "24 horas al límite" que tiene como título original "Michel Vaillant". Si usted es un aficionado al automovilismo en general, ha de acercarse a esta película con sentido del humor y con ganas de cachondeo, igual que con la de Stallone. La intro es casi un plagio de la norteamericana: coches en Le Mans volando por los aires y explotando. Nada nuevo bajo el sol. En el cine los coches tienen la mala costumbre de explotar, y no sé en qué pensaban los de Peugeot cuando los convencieron para poner sus pegatinas a los distintos coches que van apareciendo haciendo cafradas en cada plano.
Para ser sinceros, Michel Vaillant es un gilipollas. Es un niño mimado que conduce los coches de la marca de su padre. Sería un buen amigo para el pequeño Nicolás; lo veo haciéndose selfies mientras conduce por el viejo Nurburgring o mandando un wasap mientras se lanza en parapente. Es de esos personajes que consiguen que me ponga del lado del teóricamente malo...
Para ser sinceros, Michel Vaillant es un gilipollas. Es un niño mimado que conduce los coches de la marca de su padre. Sería un buen amigo para el pequeño Nicolás; lo veo haciéndose selfies mientras conduce por el viejo Nurburgring o mandando un wasap mientras se lanza en parapente. Es de esos personajes que consiguen que me ponga del lado del teóricamente malo...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Por ejemplo cuando le hacen el "emparedado" a su rival en los rallyes; menuda caballerosidad y deportividad. La mala es mala pero un poco inepta, como debe ser, porque si no a ver cómo Michel sale del fregado en el que lo meten para que no gane las 24 horas de Le Mans.
En el camino va dejando tras de sí una ristra de coches hechos puré. Creo que es de esas pocas películas francesas que me dejan satisfecho, en este caso de lo mala que es, entretiene. Intenta respetar las leyes de la física, no como "Driven", pero luego las reglas del deporte las reescriben furtivamente para aplicarlas en forma de rallyes sicotrópicos, 24 horas de Le Mans con duelos en cada metro de pista durante las 24 horas que dura la prueba, y un final que... Que es para verlo. Hombre, lo de empujar el coche no es ninguna novedad, eso lo popularizó en la época moderna Nigel Mansell cuando entró empujando con sus jamones ingleses un coche francés curiosamente, para quedar sexto en Estados Unidos. Y después, cómo no, las chicas de turno. Al menos esta vez las ponen de conductoras, pero llama la atención la suerte que tiene Julie de que se le muera el marido, si no no habría tenido tan sencillo irse de carreras con Michel.
Es una película para echarse unas risas. Cine fantástico con toques románticos en todo su apogeo y una banda sonora que no pega ni con cola. Como tomarse un bocadillo de Ferrero Rocher. Yo me lo comería, pero allá cada uno.
En el camino va dejando tras de sí una ristra de coches hechos puré. Creo que es de esas pocas películas francesas que me dejan satisfecho, en este caso de lo mala que es, entretiene. Intenta respetar las leyes de la física, no como "Driven", pero luego las reglas del deporte las reescriben furtivamente para aplicarlas en forma de rallyes sicotrópicos, 24 horas de Le Mans con duelos en cada metro de pista durante las 24 horas que dura la prueba, y un final que... Que es para verlo. Hombre, lo de empujar el coche no es ninguna novedad, eso lo popularizó en la época moderna Nigel Mansell cuando entró empujando con sus jamones ingleses un coche francés curiosamente, para quedar sexto en Estados Unidos. Y después, cómo no, las chicas de turno. Al menos esta vez las ponen de conductoras, pero llama la atención la suerte que tiene Julie de que se le muera el marido, si no no habría tenido tan sencillo irse de carreras con Michel.
Es una película para echarse unas risas. Cine fantástico con toques románticos en todo su apogeo y una banda sonora que no pega ni con cola. Como tomarse un bocadillo de Ferrero Rocher. Yo me lo comería, pero allá cada uno.