Hitchcock siempre será Hitchcok... a pesar de esta película. Gran desengaño. Acude uno al cine a ver otra de sus obras con la esperanza de asistir al acostumbrado suspense, encontrándose con una comedia romántica. Eso si, con una cuidada ambientación, una excelente fotografía y unos actores que les viene al pelo el papel que se les ofrece. Es curioso, tras esta impecable pero sosa película, el gran maestro, dos años mas tarde, realizó otra de similar temática, acusación errónea de un personaje, esta vez en blanco y negro, pero con todo lo necesario para mantener en vilo al espectador: "Falso culpable". La maestria del genio, te mete dentro de la piel del protagonista haciendote pasar las de san Amaro con todos las penalidades a las que es sometido. ¡Que diferencia!. Seguramente la haría con la intención de compensar a sus incondicionales después del sabor agridulce que nos dejó en la que comentamos. Y es como todas las cosas, a los amantes del cine romántico les resultaría la mar de agradable por su puesta en escena, su ambiente y sus intérpretes, sin tener que verse abocados a soportar esa tensión que nos hace pasar Alfred, donde reside, para otros muchos, la grandeza de este genial director.