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Voto de Naroa Lopetegi:
8
Flee
2021 Dinamarca
Animación, Documental, Voz: Daniel Karimyar, Fardin Mijdzadeh ...
7.4
2,289
Animación. Documental Un refugiado afgano residente en Dinamarca acepta contar su historia personal con la condición de que no se revele su identidad. Para lograr tal propósito, el director decidió emplear un estilo de animación que no sólo protegía al protagonista, sino que potenciaba su historia. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Conocemos la historia de Amin, nombre ficticio de un hombre real. Es un refugiado afgano que llegó a Dinamarca contando que vio morir a toda su familia siendo un niño y escapó solo hasta llegar a Copenhague. Es, por tanto, un documental ficcionado, en el que la apuesta por la animación responde a cuestiones de salvaguardar el anonimato del autor del testimonio.

DESDE MI PUNTO DE VISTA
Interesantísima película, a la que otorgaría buena valoración incluso si todo fuese una ficción ideada por su autor. Por supuesto, su condición de estar basada en hechos reales incrementa su atractivo. Y, para colmo, haberla visto justo en la semana que se ha desatado una guerra que propiciará oleadas de refugiados le ha dado el toque definitivo de oportunidad que ha cerrado el círculo de mi disfrute.

Amin, como si estuviera en un diván de original tapizado, arranca la película anunciando, en plan busto parlante de documental, que nos va a contar su historia. Desde entonces, la promesa va a cumplirse siguiendo varias fórmulas, y no de un modo lineal, sino con saltos adelante y atrás que tienen la virtud de engarzar perfectamente la narración. De ese modo, además de ponernos en los zapatos de Amin tanto en su Kabul natal como en las diferentes etapas de su exilio forzado, conocemos la intrahistoria de la película, en una suerte de meta-cine que nos narra la relación entre el autor y el protagonista, y ciertas vicisitudes de la vida actual de éste.

En mi aproximación previa, me había quedado con la sensación de que iba a tener bastante peso en la estructura de la película la condición homosexual del protagonista. Y no es así en absoluto. Es uno más de los planos de su vida que Amin comparte, pero no es ni mucho menos decisivo. Lo nuclear es su experiencia como refugiado, cómo las circunstancias políticas de su país trastocaron su vida desde que era muy niño, haciéndole dejar atrás su casa en Kabul para adentrarse en un laberinto de dificultades por tierra y mar. ‘Flee’ se convierte así en una especie de docu-thriller, valioso como documento histórico al mismo tiempo que capaz de absorber nuestra atención y brindarnos hora y media de entretenimiento del nivel de una buena ficción.

¿Transmite mensaje político la película? Obviamente, sí, desde el momento en que pone sobre la mesa una realidad muy común en nuestro tiempo, y a la que las sociedades occidentales están respondiendo arrastrando los pies, dicho con magnánima benevolencia. Sin embargo, no me parece en absoluto una obra panfletaria, escorada o que abuse del subrayado. Es incisiva, sí, pero por su propio valor documental, no por cómo está narrada o compuesta. Ver ‘Flee’ cuando arranca una guerra en Europa predispone a la acogida de quienes escapen de Ucrania. Veremos cómo responden nuestras sociedades a este desafío, aunque he de adelantar que la papeleta es envenenada: si quienes huyen del conflicto se topan con situaciones tan duras como la de Amin, se nos debería caer la cara de vergüenza; y si las puertas se abren más que nunca, cabrá indignarse por establecer categorías entre refugiados de primera (europeos) y de segunda (los procedentes de África, de Siria, de Libia, por cuya contención pagamos a Turquía o felamos a Marruecos).

Por último, tratándose de una película de animación, es imperativo aludir a qué aporta esta técnica a la narración y la ornamentación. El hecho de que dibujar al protagonista en vez de filmarlo tenga una explicación protectora ya predispone a enjuiciar con benevolencia la consecuencia subsiguiente. Y sea por eso, o sea porque realmente me gusta, diré que siento comodidad espectadora ante el formato. No estamos ante una película que haga especial uso de las posibilidades que ofrece la animación y a las que es imposible llegar de otra manera, pero sí sabe jugar a menudo con la contraposición entre escenas animadas e imágenes históricas reales, y consigue que el plano narrativo no se vea penalizado por que debamos empatizar con un monigote, en vez de con un actor.

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2022/02/27/critica-de-cine-flee/
Naroa Lopetegi
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