De vergüenza ajena. No hay más palabras para definir semejante atropello cinematográfico. Parecía imposible superar en horror y en esperpento la primera parte, pero parece que Tim Story consigue lo imposble.

Aunque puede que me equivoque, porque lo que no se consigue de ninguna manera es articular algo minimamente decente. No sólo repite todos los errores de la primera parte sino que los amplía hasta la nausea.

Intolerable que con tan poco metraje aún se pierda tiempo, concretamente casi media hora, en que empiece la trama. Porque lo que vemos hasta entonces es una especie de reportaje de aquí hay tomate.

Después de eso sigue la fiesta, pasándose por el arco de triumfo toda concepción e historia de los 4 fantásticos, conviertiéndoles en payasetes unos y pavisosos otros. A todo esto el guión sigue desvariando a tope, con transformaciones moleculares, fusiones a lo Dragon Ball Z, el T-mil de "Terminator 2 " haciendo surf, el Doctor Muerte que pasaba por allí y un Galactus de rebajas en forma de humo tóxico.

Eso por no hablar de las lamentables actuaciones del personal, en especial la de Julian McMahon poniendo caras psicóticas a ver si nos da un poco de miedo y la de Jessica Alba, que entre sus caras de asco, su sonrisa cosmopólitan, los 10 kilos de pote y el brochazo de titanlux amarillo en el pelo sólo consigue dar una imagen patética.

Súmenle eso tan de moda, que es poner moralina familiar hasta extremos nauseabundos y nos encontramos ante otro horror más de este verano 2007.

Lo mejor: Que ya quedan pocos blockbusters veraniegos por estrenar
Lo peor: El resto.