Divertida, alocada y nostálgica comedia dramática española sobre la vejez, las costumbres y la tristeza de la ausencia. Una dinámica y entretenida trama sostenida por tramos repletos de sensible ingenuidad y una muy buena interpretación de José Sacristán.
El debutante director y guionista Pol Rodríguez sabe muy bien lo que se propone contar, y aunque no siempre lo logra con éxito, edifica una narrativa muy llevadera que va guiando al espectador entre enredos hasta develar su principal y más triste misterio. Apoyado en las tradiciones y las particularidades de los pueblos del interior valenciano, le imprime muchas sensaciones interpretadas desde el corazón
La historia se mete en la vida de Tomás (José Sacristán), un veterano hombre que se ha propuesto una meta difícil de lograr; robar el cuerpo de su mujer fallecida para poder darle sepultura en el lugar que le había prometido.
Montado en el coche fúnebre arranca un largo e inesperado peregrinaje para llegar al pequeño pueblito de Quatretondeta, pero en el recorrido deberá recurrir a la ayuda de un holgazán criador de pollos (Sergi López) que también esperando cumplir con su propia sepultura familiar.
El tema es que Tomás se ha llevado el cajón de la madre de Dora (Laia Marull), una joven mujer alejada de su familia que quiere resolver rápidamente los trámites mortuorios para llevarse el cuerpo de mamá y enterrarlo en París, para así regresar a su vida y alejarse de los recuerdos que la persiguen.
Con el premio a la Mejor fotografía en el Festival de Málaga, la ópera prima de Pol Rodríguez combina con inteligencia la vejez, añoranzas, sensaciones sensibles, dolores familiares, comedia y entretenimiento. Una buena incursión del realizador luego de haber sido ayudante de dirección y que ahora comienza su propio camino con el pie derecho.

Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10