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Voto de Sinhué:
6
4.9
72
Drama
Retrato satírico del reencuentro de tres hermanos con su padre. Ivar (51 años, escritor), Mitja (49 años, productor de cine) y Torsti (51 años, conserje) son hijos del mismo hombre —Paavo (70 años)—, pero de madres distintas. No se han visto en mucho tiempo, pero ahora se reúnen para celebrar el septuagésimo cumpleaños de su padre. El reencuentro les obliga a explorar sus relaciones mutuas y hace aflorar algunos recuerdos traumáticos y ... [+]
26 de octubre de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hermano de Aki (dos años mayor que él), hace una traslación de los Hermanos Karamazov (Dostoievsky) a los fríos paisajes finlandeses. Desafortunadamente lo helador no queda sólo en los exteriores rodados, esa cristalización polar se transmite también en bastantes ocasiones al texto filmado. Aún así no carece de cierto interés ver a esta singular familia poseída por odios, celos, venganzas pendientes y amores imposibles, intentando comportarse con corrección y suficiente hipocresía como para disfrazar sus maléficas intenciones.
No es fácil, para los latinos, acostumbrarnos al ritmo cadencioso con el que caen los planos en el cine nórdico pero forma parte, como nuestra excesiva pasión, de sus señas de identidad; y después de todo, si vas al cine es que no tienes prisas, por eso no entiendo la indignación de algunos, cuando otra cultura muy diferente a la nuestra hace propuestas que como mínimo habrían de estimular nuestra curiosidad. Los españoles, por ejemplo, hubieran planteado una ceremonia y estrategia muy diferentes para acabar con las obsesiones taladrantes de un problema universal: la infinita sed parricida....; pero esa sería otra historia.
No es fácil, para los latinos, acostumbrarnos al ritmo cadencioso con el que caen los planos en el cine nórdico pero forma parte, como nuestra excesiva pasión, de sus señas de identidad; y después de todo, si vas al cine es que no tienes prisas, por eso no entiendo la indignación de algunos, cuando otra cultura muy diferente a la nuestra hace propuestas que como mínimo habrían de estimular nuestra curiosidad. Los españoles, por ejemplo, hubieran planteado una ceremonia y estrategia muy diferentes para acabar con las obsesiones taladrantes de un problema universal: la infinita sed parricida....; pero esa sería otra historia.