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España España · Barcelona
Voto de branhunter:
5
Ciencia ficción Nueve años después de que la USS Discovery se perdiese en el espacio, una expedición conjunta de los Estados Unidos y la Unión Soviética es enviada a Júpiter para reactivar el ordenador Hal 9000, que dirigía la nave accidentada, y para averiguar qué problema frustró la expedición del Discovery. Cuando llegan a su destino encuentran el gran monolito negro que la primera expedición pretendía investigar. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2008
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como se ha reiterado, las comparaciones tienen el sentido que tienen. Compararse con 2001 es inevitable en este caso, pero supeditar plenamente el juicio de 2010 a la sombra de 2001 es innecesario. Y lo es por varias razones. La primera, el momento histórico: 2001 nace en un contexto favorable al cine de autor en formato de superproducción, que en el año 1984 ya no existía. No es del todo casual que entre 1981 y 1990 el único rodaje de Kubrick fuera 'La chaqueta metálica'. Y lo que es más grave, 1984 forma parte de aquellos años en los que se impone un estilo hegemónico de cine comercial facilon y claramente orientado a llevar al público a las salas, más por sus efectismos que por sus trasfondos. Así, Kubrick ya no estaba pero su sombra era alargada y en un cine donde mandaba más la taquilla que el arte, la productora vio negocio en una secuela.La secuela en cuestión colgaría de un trabajo bastante digno de Clarke, 2010, a quien este tipo de continuaciones no se le hicieron extrañas: aun tendría tiempo de escribir '2061:Odisea 3' y '3001: Odisea final', dos libros, por cierto, infames e inútiles, pero ese no fue exactamente el caso de 2010, que era un libro inútil, pero en cambio bastante interesante y más complejo que el guión del film.

Dicho esto, queda contextualizada 2010. Se trata de una película convencional, sin genio, sin garra, pero no del todo inerte. No es la continuación de Kubrick, porque esa película original no podía ser continuada en modo alguno: es una obra conceptualmente plena y acabada, en la que ya no queda nada más que contar, pero 2010 es hija de 2001. La introducción de elementos conocidos de la obra principal, 2001, como el ordenador o Bowman, de los que se pretende desvelar misterios que no son tales, añade un plus de calidad difícil de explicar. Verdaderamente 2001 convierte la convencional 2010 en una película de misterios, que conducen la trama a un sorprendente final. Además, los actores están bien y el clima general se aleja sanamente de los caminos que iban siendo recorridos por la ciencia ficción comercial. Y también hay que reconocerle la capacidad de explorar con interés de testimonio algunas cuestiones relacionadas con los viajes espaciales y sus dificultades para el ser humano.

El resultado, pues, no es malo del todo, pero debemos de insistir en la necesidad de establecer férreas separaciones. Hija bastarda de 2001, 2010 es una entrenida película con alguna virtud. Nada más ni nada parecido a su obra madre.
branhunter
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