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Voto de ChristopherSmart:
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Comedia
Ramiro es un viudo rico y aficionado a la bebida que se deja explotar por sus hijos Virginia y Eduardo, por su hermano Ladislao, que es un vago, y por su cuñada Milagros. Su hermano Gregorio, desesperado ante esta situación, decide hacerle creer que está arruinado y que su familia debe trabajar si quiere sobrevivir... (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2013
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este film es una joyita de la etapa mejicana de Buñuel.
En primer lugar porque posee un argumento de lo más gracioso: un hombre adinerado está entregado al alcohol por la muerte de su mujer. Está al borde de la quiebra y para colmo sus familiares se aprovechan de él.
Llegua entonces el hermano para poner orden y junto a los familiares decide armar un plan para concietizarlo de su situación. Luego de una noche agitada lo sedan y lo trasladan a una pocilga en un vecindario humilde. Le harán creer que ahora son pobres por su culpa.
Pero la jugarreta pronto se torna y los engañadores serán los engañados.
Otras de las virtudes del film es la soberbia interpretación de Fernando Soler en el papel protagónico.
Y luego, claro, la crítica a las personas, porque no se puede decir que Buñuel era un hostigador de una determinada clase social, Buñuel no era tan tonto. A él le interesaban las personas en sí. Cuando regaña al rico o al burgués, no se olvida de reprochar también al pobre, porque las pasiones, los vicios, y por sobre todo la estupidez humana son universales y no privativos de una clase social determinada.
Tampoco faltan en este film los diálogos y las situaciones hilarantes.
En fin, no es una obra de arte, pero es cine del bueno, inteligente, poco pretencioso, gracioso, con una historia bien contada, sin escenas gratuitas, sin pesadez, y que no decepciona.
En primer lugar porque posee un argumento de lo más gracioso: un hombre adinerado está entregado al alcohol por la muerte de su mujer. Está al borde de la quiebra y para colmo sus familiares se aprovechan de él.
Llegua entonces el hermano para poner orden y junto a los familiares decide armar un plan para concietizarlo de su situación. Luego de una noche agitada lo sedan y lo trasladan a una pocilga en un vecindario humilde. Le harán creer que ahora son pobres por su culpa.
Pero la jugarreta pronto se torna y los engañadores serán los engañados.
Otras de las virtudes del film es la soberbia interpretación de Fernando Soler en el papel protagónico.
Y luego, claro, la crítica a las personas, porque no se puede decir que Buñuel era un hostigador de una determinada clase social, Buñuel no era tan tonto. A él le interesaban las personas en sí. Cuando regaña al rico o al burgués, no se olvida de reprochar también al pobre, porque las pasiones, los vicios, y por sobre todo la estupidez humana son universales y no privativos de una clase social determinada.
Tampoco faltan en este film los diálogos y las situaciones hilarantes.
En fin, no es una obra de arte, pero es cine del bueno, inteligente, poco pretencioso, gracioso, con una historia bien contada, sin escenas gratuitas, sin pesadez, y que no decepciona.