Al grano: el film de James L. Brooks no termina nunca de cuajar y peca de televisivo (tanto visual como argumentalmente), la idea en la que se basa la historia parece más pensada para el episodio piloto de una telecomedia que para un largo), el guión va dando bandazos, hay personajes insufribles (el de Téa Leoni se lleva la palma) y Paz Vega trata de manejarse como puede entre el elenco de desatinados actores y actrices made in USA como puede.

Poca cosa, la verdad.

Sólo puedo añadir que el detalle de tener que ver el film obligatoriamente en versión original con subtítulos le añade un toque curioso. Y que el presupuesto de la película acabó siendo de...

¡OCHENTA MILLONES DE DÓLARES!

Madre del amor hermoso.