Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Marvin_Benson:
7
Romance. Drama En una ciudad provinciana, Mario, un mediocre oficinista que vive en una modesta pensión, conoce una noche a la joven Natalia, en cuyo rostro se refleja un profunda tristeza. Le da conversación para animarla y ella le explica cómo cambió su anodina vida cuando conoció a un apuesto forastero del que se enamoró y cómo cada noche su regreso. Durante cuatro noches mágicas, Mario, enamorado de Natalia, alberga la esperanza de sustituir en su ... [+]
22 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente, me ha dado por revisitar a ciertos autores y ciertas películas que me impactaron en su momento. Comprobar el paso del tiempo, no sólo en las películas sino también en ti mismo, puede ser un ejercicio un tanto desconcertante, ya que algunas opiniones y algunos recuerdos permanecen extrañamente inmutables mientras que otros se han modificado de manera radical o directamente se han desvanecido.

En este punto estoy con el cine de Visconti, un “autor” en toda la extensión de la palabra con todo lo que eso conlleva. Y aunque es verdad que sigo apreciando ciertos aspectos de verdadera genialidad en su cine, también observo ciertas dosis de ampulosidad e histrionismo con los que no termino de conectar del todo.

Sin duda, es culpa mía. Me estoy haciendo viejo.

Noches blancas de Dostoyevski es uno de esos relatos que han cincelado mi educación emocional. Lo he releído en multitud de ocasiones y creo haber llegado a entender muy bien la esencia y los matices de la historia y los personajes. Llegué a él, paradójicamente, a través de la recomendación de un amigo y del visionado de esta película. Recuerdo el impacto que me produjo y como al día siguiente compré la edición publicada por Alianza editorial en donde se incluía este relato junto con “El pequeño héroe” y “Un episodio vergonzoso”. De alguna forma he completado un extraño círculo de ida y vuelta, que ha cambiado, en parte, mi opinión acerca de esta película.

Creo que pocos autores han diseccionado el alma humana y sus pulsiones más profundas con tanta compasión y tanta elegancia como Dostoyevski. Adaptarle no es sencillo, aunque sea tentador. Y es que, aunque hay algo de cinematográfico en su literatura, que permite trasladar a imágenes de manera más o menos fiel los elementos básicos de sus relatos, lo verdaderamente importante de sus obras no está en su argumento, sino en el dolor que atraviesa a sus personajes. Ese mundo emotivo es transitado por los propios personajes y por el lector con intensidad pero también son sutileza.

Y de aquí viene mi pequeña decepción con este revisionado de la película de Visconti. Creo que le falta sutilidad y delicadeza. Ya sé que una película y una obra literaria tienen lenguajes diferentes y que las adaptaciones aspiran a tener una vida propia. Lo entiendo y lo acepto, pero eso no quiere decir que me tenga que alinear o me tengan que gustar ciertos cambios que afecten a la propia esencia de dicha obra.

Para empezar, creo que Noches Blancas es una obra difícilmente extraíble de la época en la que se escribió. Es un texto de mediados del siglo XIX que recrea una manera de entender la vida muy concreta y totalmente contextualizada a esa época. En 1848, las decisiones que se tomaban en la vida tenían un peso específico: los trabajos eran para toda la vida, coger cualquier resfriado te podía costar la vida y encontrar el amor también se convertía en una decisión de por vida. Es decir, la vida tenía un cierto componente trágico asociado a la irrevocabilidad de las circunstancias.
Sacar a la obra de ese contexto y trasladarlo a la Italia contemporánea es un riesgo artístico que desvirtúa, en cierta medida, el peso existencial que encierra este pequeño y maravilloso relato.

Tampoco me parece acertada la elección de Mastroianni para el papel protagonista. No siento una especial simpatía por este actor (es cosa mía) pero más allá de eso, creo que, objetivamente, no es el actor indicado para interpretar a un personaje caracterizado por la timidez, la melancolía y la soledad.

Maria Schell está correcta, sin más. Tampoco es una actriz que me entusiasme, tengo que decir, y quizás su actuación es un poco exagerada también, casi expresionista, al modo que tenían que ser las actuaciones (por ejemplo) en el cine mudo. Hay algo extraño en su personaje y en su actuación que no me terminan de convencer, pero, sin duda, es capaz de trasladarme y hacerme conectar mucho mejor con la inocencia y fragilidad de su réplica literaria de lo que lo hace Mastroianni con la suya.

Tampoco conecto con la teatralidad de la puesta en escena, ni con la introducción de ciertos elementos como la cargante escena del bar y todo ese “momento baile” que me sacan completamente de la historia.

Digamos, por sintetizar, que los primeros 80 minutos de este revisionado me han parecido erróneos, cargantes y superfluos...

...Pero entonces es cuando se produce el milagro...

Pasa algo un tanto inexplicable en ese final de tintes excesivos y melodramáticos que me llevan a la más pura emoción. Visconti consigue, con ese final, redimirse y atrapar la esencia misma del relato jugando con elementos narrativos y expresivos completamente distintos a los que utiliza Dostoyevski.

La composición casi pictórica de esta secuencia, junto con las actuaciones de Schell y Mastroianni (que aquí sí están inmensos) terminan de construir uno de los finales más bellos y desgarradores de la historia del cine.

Gracias a ese final, recordé porque me había fascinado esta película en su momento.

Y es que hay veces que la parte da sentido al todo.

Simplemente por eso y porque al fin y al cabo, nuestra mente tiene una extraña obsesión por almacenar aquellos instantes que te dejan una huella emocional, pongo un notable a esta película fallida e irregular pero profundamente conmovedora.
Marvin_Benson
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow