Tengo que admitir que me gusta este chaval. Está claro que es un producto del más descarado marketing de la música comercial, como antes ocurrió con New Kids on the Block, Backstreet Boys, Aaron Carter, y un largo etcétera, pero tampoco se le pueden negar ciertas cualidades interpretativas, vocales, escénicas y, ante todo, un evidente carisma a su adolescente edad.

Y al margen de la personalidad y atractivo de Bieber, el documental no es ni mucho menos tan malo como se dice, y me parece aprobable justito al menos. Los 1 masivos de esta web y esa nota media son falsas, ya que es fácilmente deducible que un importante porcentaje de votantes ni se ha molestado en verlo.

Es la manera que tienen algunos de mostrar su rechazo (las motivaciones para ello van desde la envidia por el éxito a los complejos físicos de cada uno, que haberlos haylos...) por el típico ídolo jovencito mojabragas del momento, ya que está de moda el rechazo hacia los que salen así, y más cuánto más éxito tienen. Pero, objetivamente, no es un documental mal llevado, ni mal montado, ni mal presentado.... Al menos no tan malo como para masacrarlo aquí en FA y que tenga esa nota media, que merecerían muchas otras películas que la superan con creces.

Mi 5 es porque es mediocre en el fondo y su interés (cinematográfico) es muy limitado, además de haber algunos momentos de vergüenza ajena: el movimiento de pelo ralentizado sería quizá el más gordo (¿es que esta gente no ha visto "Shrek 2" y no se cortan en hacer en serio lo mismo que es objeto de parodia allí?). O todo el rollo ese de "si luchas puedes alcanzar tus sueños" y bla, bla..., mensaje ultrasobado y falso que me repugna especialmente. Pero más allá de esto se deja ver.

Bien es cierto, pero no sería achacable a la película en sí, que es insoportable verlo en una sala cinematográfica lleno de quinceañeras pavas que chillan especialmente en los -forzados y no tan naturales como se pretende- momentos que Bieber aparece sin camiseta, a (bonito) pecho descubierto, pero no es un producto como digo tan desechable. Así que no seamos más papistas que el Papa. Ni más ristomejidistas que Risto Mejide.