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España España · Cáceres
Voto de Tiggy:
10
Intriga. Thriller Richard Hannay está en un music-hall londinense. De repente, suena un disparo y comienza una pelea. En medio del tumulto, una chica asustada le pregunta si puede ir con él. Richard accede y la lleva a su apartamento... (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película redonda a manos del maestro británico que, con una estructura circular perfectamente construida e hilada, nos cuenta la historia de un hombre que, torpemente, se ve involucrado en los intereses oscuros de una organización criminal, perseguida por esta y por la memorable policía bretona, Scotland Yard, unos para silenciarlo y otros para encarcelarlo, ya que es acusado de asesinato, entre otros delitos que se irán sumando en su frenética huida y resolución del problema. Drama policíaco, con tonos de cine negro y predominado por el cine de gánsters, con tintes de una jocosa screwball comedy muy bien empleada en los momentos precisos y, en conclusión, una película adelantada a su época en todos los aspectos. En cuanto a filmación se nota que es una película de Alfred Hitchcock por su perfecto dominio del espacio y su virtuosidad para emplearlo en las situaciones que el guión lo requiere con un dinamismo pasmoso, apoyándose en unos encuadres purísimos y absurdamente ordenados pese a todo lo que ocurre en escena, dominando la situación a pesar de la gran cantidad de extras que, sumados a los actores, el director hace gala de su capacidad de control pese al caos imperante en pantalla. Una de la señas del director es, sin lugar a dudas, la iluminación y la fotografía en blanco y negro que tanto le caracteriza, usando las sombras en los rostros en primer plano para expresar dudas o incapacidades en sus personajes, así como la luz cuando todo parece esclarecerse o para aquellos personajes que exhiben su autoridad de la situación, que, obviamente, mediante la utilización de unos planos sublimes, consigue transmitirlo al espectador sin inmutarse. El guión a manos de Charles Bennett e Ian Hay, adaptado de la novela de John Buchan, saca a relucir las cualidades interpretativas de los protagonistas (sobretodo, del protagonista) sentándoles a todos como anillo al dedo, repito, especialmente un muy atractivo Robert Donat (Richard Hannay, Hammond), donde las labores de maquillaje hicieron un trabajo espectacular favoreciendo tanto su personaje como la laboriosidad técnica de su director, el cual no decae en ningún momento de la película sobrellevando varios registros simultáneos alternándolos cuando el diálogo lo necesitaba, y subordinado por la femme fatale Lucia Mannheim (Annabella Smith), de imprescindible relevancia para la construcción del protagonista, y por la responsable del toque cómico y romántico Madeleine Carroll (Pamela) entre la cual hace una dupla con una química perfecta que se transmite más allá de la pantalla. Una película que lo tiene condensado todo en tan solo 81 minutos de metraje, un perfecto relato de protagonista atormentado por el bien y por el mal, teniendo un ritmo perfectamente marcado que sabe turnar entre la acción y la tensión a la comedia y los impasse de alivio, también mostrando el conflicto entre escoceses y londinenses mediante este último recurso con un soniquete obviamente a favor de Londres por la nacionalidad del director. Escenas absolutamente beneméritas, entre ellas, aquellas en las que aparece el señor Memoria (Wylie Watson) y los inverosímiles momentos en los que se ve embrollado Hannay en su escapatoria. Que delicia de película.
Tiggy
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