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Voto de Ismael Alzola:
8
Western Tras la muerte de Juárez, en México dominan la injusticia y el terror. Joe (Clint Eastwood), un pistolero vagabundo, llega al pueblo fronterizo de San Miguel, donde dos familias se disputan el control del territorio, y entra al servicio del clan Rojo. Una noche, es testigo del intercambio de oro por armas entre mexicanos y soldados de la Unión. Remake en clave de western de "Yojimbo", de Akira Kurosawa. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2021
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La obra que marcó un hito en el género Western. Revolucionó la concepción del género y estableció una innovación en las formas estéticas, la dirección cinematográfica y en la deconstrucción de los personajes.

Bajo la mirada del protagonista el espectador se encuentra con la percepción de un mundo cruel y despiadado, descrito el protagonista como un solitario y menospreciado individuo en un mundo recóndito que se aleja totalmente de su esquema de valores. Este será el eje central por el que se irá conformando el relato.

Leone invierte los roles que idealizan al héroe americano para mostrar la autoconsciencia del personaje. Se describen a los usurpadores de la justicia en los invadidos, es decir, los conquistadores no son los americanos, son los nativos. Sin embargo, Leone no perpetúa la tradición por describir a los americanos como héroes, ya que formaliza mediante el personaje de Joe esa mirada reflexiva, consciente y responsable de lo que significa la conquista.

Es capaz de reinterpretar la idiosincrasia conocida del vaquero y establecer una acción justiciera bajo la infiltración, en la que juega a provocar una pelea entre ambos bandos conquistadores para frenar la esclavitud y la abolición de las libertades. La única forma de establecer justicia en un mundo cruel es bajo el camuflaje, abogando por la adaptación al medio y actuando en silencio.

Esa es la idiosincrasia del personaje, conoce la gravedad del contexto y tiene que obrar sin heroicidades. Esto también es observable en los momentos más álgidos de la trama, donde la venganza es manifestada a través de un código moral que actúa por la liberación del pueblo.

No es una venganza pasional ni instintiva. Lo que define al personaje como consciente del mundo en el que vive y como poseedor de un código moral que establece un idealismo social permanente es el acto de no demostrar una celebración por su heroísmo.

Vuelve a ser lo que empezó siendo al entrar en la comunidad: un viajero sin rumbo, un protector solitario que se configurará como una leyenda que imparte justicia en los lugares donde reina el terror y la violencia. De esta forma la película termina con un final armonizado, esto es, el inicio del filme muestra en su primera puesta en escena la llegada a un lugar hostil, para que finalmente la conclusión del argumento muestre la marcha del personaje, recuperando la sociedad, la paz y la seguridad en el pueblo. Existe la posibilidad de que en el filme se transmita una metáfora de la conquista como acto que esclaviza y usurpe en las costumbres y libertades de un pueblo.

La dirección de Leone usa planos excelentes donde predominan los espacios, de forma que se establecen claras unidades semióticas que le dan a dichos espacios y detalles del entorno un claro protagonismo. Sin embargo, lo importante del contexto estético de la obra es el arte de la mirada. Se usa como percepción del mundo cruel, triste y violento. Incluso se puede ver una especie de “nana” que evoca el presagio de la desgracia en boca de un niño.

La mirada de los antagonistas en la masacre describe perfectamente el goce que siente al ejecutar la violencia, se muestran así satisfechos. En los duelos se llega a ver la maestría con la que se ejecuta el arte de la mirada. Se añade a esta cuestión el uso simétrico del plano y del contraplano, manteniendo la lejanía en la lucha y evocando una especie de intertextualidad al ser una clara referencia evolucionada de las batallas de samurái.

Ahí es donde se ve que esa función del remake de la obra “Yojimbo” de Akira Kurosawa es el ejercicio cinematográfico donde se expone la evolución del cine y de la formalización artística de Leone. Estos aspectos y la legendaria música de Morricone, que logra realizar un montaje increíble donde la obra del compositor ejemplariza el género y ese sentimiento de ostracismo del personaje, son los que engrandecen el filme y lo sitúa en una pieza fundamental ya no sólo del género sino del cine en general. El arte es la mirada que evidencia el miedo de Ramón, una forma de expresar la gran evolución de la narración en el cine.
Ismael Alzola
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