Acabo de ver Holy Motors por primera vez. No en una sala, como hubiese deseado. No llegó a exhibirse en mi ciudad porque no hay "sitio" para este tipo de películas, lo que me produce una enorme tristeza. Ahora la he comprado y podré disfrutar de ella siempre que quiera, pero no es lo mismo.
De entrada me ha dejado abrumada. Es terriblemente bella. Su belleza radica en su imperfección, en la manera de narrar la historia, en su actor principal que es totalmente hipnótico... ¿Cómo es posible conseguir eso? Algo que a simple vista es totalmente desagradable y que visualmente provoca rechazo se convierte en belleza. Quizás sea la magia del cine, esa que no se puede explicar pero se puede sentir.
Es un film de sensaciones: o lo sientes o no, no hay más. Entiendo las malas críticas y entiendo que mucha gente no la entienda. Y es que no hay nada que entender, hay que dejarse llevar y hacer ese viaje en esa limusina con todo lo que eso conlleva: lo bueno y lo malo. Es un viaje demoledor, no apto para todos los ojos ni para todas las mentes.
Hoy, por fin, me he subido en esa limusina y ha sido una experiencia única. Al fin y al cabo, la belleza, dicen que está en la mirada del que observa.