Si hubiese que definir 'Camino' con una sóla palabra, esa sin duda sería 'españolada'. La película vuelve a las andadas de un cine español enfermo, lleno de odios y rencores históricos, que trata de llegar únicamente a una parte del público y que, por tanto, está condenadamente a morir cada año al obviar a esa gran parte del respetable en cada uno de los films. Lo que parece ser una buena película, un film que en ocasiones deslumbra al espectador, recae una vez más, en una crítica brutal contra la iglesia y todo el mundo que le rodea.

La belleza y la gran actuación de Nerea Camacho, los planos emotivos y el guión brillante; caen irremediablemente a un segundo plano para todos aquellos católicos que no pueden más que sentirse ultrajados ante una historia que pretende plasmar la vida de una beata (o en proceso de ello) caracterizada por un amor a Cristo y a la vida fuera de lo común.

Una verdadera lástima