Tras la retirada en los años cincuenta de los mitos que hicieron del cine negro un arte dentro del arte, parecía que los sesenta, más optimistas y psicodélicos, iban a significar un retroceso para este tipo de cine basado en los perdedores, los antihéroes, el ambiente viciado de la gran ciudad y el cinismo.
No fue así, y "A quemarropa" es uno de sus mejores ejemplos.
Utilizando un estilo de cine "años sesenta" más colorista e impactante visualmente, Boorman dirige uno de sus mejores trabajos aplicando al film la receta que anticipa en el título: ataca a quemarropa los sentidos del espectador, que desde el comienzo del film se siente arrollado por la acción trepidante de éste.
Un buen guión y unas actuaciones excelentes, tanto de los protagonistas, Lee Marvin y Angie Dickinson, como del elenco de excelentes secundarios (Keenan Wynn, John Vernon, Carroll O'Connor, Lloyd Bochner, Michael Strong, Sharon Acker, James Sikking o Sid Haig), junto a una B.S.O. no menos frenética que el ritmo del film completan esta valiosa película que reivindica con fuerza al cine negro de los sesenta.