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Voto de PADRE FLANAGAN:
5
Drama En el año 48 A.C., Cleopatra da la bienvenida a Julio César. La llegada del mandatario romano mejorará su posición, a la vez que la de César. Cuando éste muere, Cleopatra se sentirá atraída por Marco Antonio. Su romance será una fuente inagotable de problemas. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me resulta un tanto atípica, en el sentido de que es otra evocación por parte de Cecil B. DeMille del exotismo y la sensualidad de la Antigüedad, pero sin la coartada cristiano-bíblica de sus obras más célebres (EL SIGNO DE LA CRUZ, SANSÓN Y DALILA, LOS DIEZ MANDAMIENTOS...); eso sí, no pudo evitar la tentación de meter en una escena, en plan cross-over, al rey Herodes pasando por alli.

Ni que decir tiene que la historia (con mayúsculas y con minúsculas) es lo de menos. Todo es una excusa para un desfile de decorados barrocos y grandiosos, vestuarios exóticos y fantasiosos y coreografías fastuosas, con un derroche de fantasía visual inspirado en la iconografía de lo que se conocía en aquella época sobre el mundo antiguo y que en nada desmerece a los de otras obras de DeMille.

Claudette Colbert está aquí soberbia, como siempre, pues llena la pantalla con sólo que aparezca, aunque no me acaba de convencer para este papel (como tampoco me acababa de encajar del todo en su papel de Popea en EL SIGNO DE LA CRUZ). Actriz magnífica y con interpretaciones llenas de matices, me sigue convenciendo mucho más en sus clásicos papeles de chica voluntariosa en sus clásicas comedias de enredo de los años treinta y de abnegada madre de familia en sus no menos clásicos dramas de los años cuarenta. Y es que era demasiado angelical y le faltaba esa pizca de mala uva que necesitaba para estos otros papeles de mujeres de armas tomar del mundo antiguo.

Naturalmente sus partenaires de aquí se convierten, a su lado, en meros secundarios, pues la Colbert lo eclipsa todo y a todos. Muy bien Warren William, perfecto para el calculador y seguro de sí mismo Julio Cesar, y Henry Wilcoxon también convincente como el varonil, chulesco y al final vulnerable Marco Antonio.

Por lo demás, si bien no se hace aburrida en ningún momento, pues DeMille era un excelente aunque poco sutil narrador, la película tiene algunos altibajos de ritmo en su desarrollo. Lo dicho, aquí la Historia (con mayúscula) no es más que un recurso de DeMille para montar su espectáculo, que emplea no con suaves pinceladas, sino con toscos brochazos (a fin de cuentas sus películas no iban dirigidas a un público culto y refinado, sino a la plebe iletrada y hambrienta que sufría los efectos de la Depresión y que buscaba en el cine evadirse de sus problemas de subsistencia), como soporte de una historia (con minúscula) que sólo en algunos de sus rasgos más generales recuerdan a la verdadera historia de César, Marco Antonio y Cleopatra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
PADRE FLANAGAN
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