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Voto de Abril Expósito:
8
Western. Drama Montana, 1925. Los acaudalados hermanos Phil (Cumberbatch) y George Burbank (Plemons) son las dos caras de la misma moneda. Phil es impetuoso y cruel, mientras George es impasible y amable. Juntos son copropietarios de un enorme rancho donde tienen ganado. Cuando George se casa con una viuda del pueblo, Rose (Dunst), Phil comienza a despreciar a su nueva cuñada, que se instala en el rancho junto a su hijo, el sensible Peter (Smit-McPhee). [+]
3 de marzo de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quedé tan impresionada tras ver El Poder del Perro que he necesitado varios días para ordenar mis ideas y sensaciones. Pero, hoy, ya puedo decir que me ha encantado.

El primer punto positivo es Jane Campion… recuerdo la pasión que me desató El Piano cuando la ví. Fue una película muy innovadora, era 1993, no había entonces tantas mujeres directoras, con puntos de vista tan exclusivamente femeninos; un mundo interior del S.XIX con el agravante de una minusvalía como la mudez, hacen de la película un mundo introvertido y expansivo al mismo tiempo, hechizante. Jane, es una directora muy atenta a todas esas sensaciones que no se dicen con palabras ni gestos. Y coincidiendo con esta película, otro elemento en común, el piano.

El Poder del Perro, tiene mucho de esa película. Una fotografía maravillosa, con un paisaje gigante que empequeñece a seres humanos y casas. Los dos hermanos protagonistas viven en una casa lujosa, que a vista de tron, parece una casa de la américa profunda. Esas montañas, que recuerdan todo el rato que somos insignificantes, esos planos a través de ventanas, puertas, con las montañas al fondo, recordando que el mundo es mucho más que lo que ves a primera vista. Una sociedad de hombres evidentemente Alfa, rudos, bruscos, silenciosos, que incluso hieren al hablar y querer comunicarse. Y en el centro dos hermanos, que no pueden ser más diferentes. Phil (Benedict Cumberbatch impresionante, con una actuación que merece no un oscar, sino dos. Lo siento Bardem) un ejemplo de este tipo de hombre, pero con un secreto. Una homosexualidad soterrada, tan soterrada que no creo ni que sea consciente, pero una sensibilidad extrema de miradas, de caricias de telas, de contacto con la piel de una silla de montar. Unos ojos…. Madre Mia! Que mirada… tan intensa… y cuando se humedecen… desmayan. Y por otro lado, George (Jesse Piemons), educado, amable, empático, silencioso. Una gran actuación también. George se casa repentinamente con una mujer que tiene un hijo adolescente-tardío gay. Phil y Peter (el hijo, extraordinario también Codi Smit-McPhee) tienen mucho en común; esa sensibilidad en ver el mundo, en sentirlo en vivirlo, pero no se darán una oportunidad. En realidad Phil usará a Peter para luchar contra esa cuñada, que le ha quitado a su hermano, con el que “lo hacían todo juntos” y lo hará a través de su mayor debilidad, su hijo. Y a partir de ahí como en el piano, relaciones humanas extremas, difíciles, asfixiadas por el gigantismo del entorno y el minimalismo humano. Una música muy experimental, que a mi no me ha gustado mucho, pero ayudaba a reforzar esa idea de cierta asfixia (Jonny Greenwood, compositor y músico de Radiohead – compuso también la música de El Hilo invisible, película que me encantó y que le dio también nominación a un Oscar). Este fue otro punto en común como El Piano, con la bella música de Michael Nyman.
Es una película lenta, pero intensa. Necesario ese tiempo para llegar al desenlace. La explicación a un título tan peculiar, se resuelve en los dos últimos minutos de la película. Yo me lo ví venir, pero me encantó. 12 nominaciones al Oscar, y 8 nominaciones a los Bafta ; León de Plata en Venecia por la dirección, 3 Globos de Oro (dirección, película y drama).
Abril Expósito
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