Habiendo visto tan solo en primer episodio, esta primera toma de contacto, básicamente lo que se ha mostrado es una presentación de los personajes, sus relaciones, modos de vida y conflictos tanto internos como entre otros personajes. Poniendo especial hincapié evidentemente en su protagonista, Ray Donovan (Liev Schreiber) jefe de una agencia de especialistas que se dedica a solucionar los problemas de la gente rica e influyente, haciendo que los posibles escándalos en los que podrían verse envueltos desaparezcan. Así hemos podido ver a sus subalternos cumplir órdenes sin hacer preguntas, y al que parece ser su mejor amigo y asesor en la agencia (Peter Jacobson).

Como en todo episodio piloto que se precie los guionistas han optado por usar una serie de casos que podrían considerarse como extremos con el fin de sorprender al espectador y así mostrar hasta qué extremo participa la agencia en estos conflictos y su forma de actuar. Siendo esto último lo más destacable de Ray Donovan, el resto no deja de ser bastante convencional y trillado en infinidad de series y películas. Hay conflictos familiares entre hermanos, padres y matrimonios, romances imposibles, obsesiones, personajes habladores junto a otros callados y como no, el misterio de turno mostrado en forma de breves flashback del que se va soltado información con cuentagotas.

En general este primer episodio no deja una mala sensación, pero no engancha como debería, y no creo que sea culpa del casting, que una vez mas Showtime demuestra que es de las mejores en este terreno, lo que es necesario es que los guiones saquen provecho de ellos. En cuanto a la trama general, la de la agencia resuelve problemas, desde el principio no pareció una idea de la que sacar mucho juego, y así sigue pareciendo, siendo la única posibilidad satisfactoria, que se vayan mostrando casos cada vez más extremos con el fin de reinventarse constantemente y seguir manteniendo el factor sorpresa, cosa bastante complicada pero en la que la cadena es experta.