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Voto de Excéntrico:
22,427
Acción. Aventuras. Thriller
Desde Hong Kong a Cuba y a Londres, el agente 007 investiga los planes de Zao, el hijo del pacifista coronel Moon del ejército de Corea del Norte. El MI6 sospecha que los proyectos de Zao pueden poner en peligro la estabilidad mundial, y esas sospechas se confirman cuando 007 descubre que Zao planea unificar los ejércitos de las dos Coreas para atacar Japón y enfrentarse a los Estados Unidos. Pero Bond es apresado y torturado por Zao. ... [+]
29 de noviembre de 2005
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
He de reconocer que esta crítica no es demasiado rigurosa ya que no aguanté más de 10 minutos de metraje.
Empezar con los agentes haciendo surf en las costas de Corea parecía ser ya un aviso de lo que se avecinaba.
La sustitución del factor humano que existía en sagas con otros actores por ésta del amigo Pierce, que parece un pseudo videojuego con música de Madonna no llega a captar mi idea del espía británico al servicio de su Majestad.
La tortura a la que nos es sometida durante 14 meses él y a mi unos minutos y los comentarios del tipo: " .- Puede controlar su ritmo cardíaco", motivaron irremediablemente a mis metacarpios a la pulsación súbita y compulsiva de cualquier botón que me alejara de este producto para nuevas generaciones homologable a cualquier tiroteador tecnológico de turno.
Estas películas avisaban de la licencia para matar, pero no de extrapolarla más allá de los personajes a cientos que transcurren en el filme y que afectaran también a las neuronas susceptibles de semejante final.
Yo decidí que realmente murieran otro día y puspuse su visionado de modo indefinido a la espera de que se retome al héroe británico real, cínico, frío, natural, poco gestulante, creíble y machista a más no poder. No porque yo lo sea, que puede ser, sino SIMPLEMENTE PORQUE ESA ESA LA NOVELA DE IAN FLEMING y no una adecuación de otro acaramelado fantoche que deambula a tiros por una pantalla cual videojuego del género.
Empezar con los agentes haciendo surf en las costas de Corea parecía ser ya un aviso de lo que se avecinaba.
La sustitución del factor humano que existía en sagas con otros actores por ésta del amigo Pierce, que parece un pseudo videojuego con música de Madonna no llega a captar mi idea del espía británico al servicio de su Majestad.
La tortura a la que nos es sometida durante 14 meses él y a mi unos minutos y los comentarios del tipo: " .- Puede controlar su ritmo cardíaco", motivaron irremediablemente a mis metacarpios a la pulsación súbita y compulsiva de cualquier botón que me alejara de este producto para nuevas generaciones homologable a cualquier tiroteador tecnológico de turno.
Estas películas avisaban de la licencia para matar, pero no de extrapolarla más allá de los personajes a cientos que transcurren en el filme y que afectaran también a las neuronas susceptibles de semejante final.
Yo decidí que realmente murieran otro día y puspuse su visionado de modo indefinido a la espera de que se retome al héroe británico real, cínico, frío, natural, poco gestulante, creíble y machista a más no poder. No porque yo lo sea, que puede ser, sino SIMPLEMENTE PORQUE ESA ESA LA NOVELA DE IAN FLEMING y no una adecuación de otro acaramelado fantoche que deambula a tiros por una pantalla cual videojuego del género.
