Comedia sosa, con un alarde apabullante de lujo pero con enjundia cinematográfica escasa.
Incluso quienes admiramos a los protagonistas no podemos dejar de ver a un C. Grant acartonado e hierático y a una I. Bergman ausente de su papel. Baste reseñar que la interpretación de C. Parker y P. Calvert supera con creces a la de las estrellas.

Las expectativas desmesuradas conducen a la decepción.

Es verdad que la última parte de la película parece que quiere salir de su letargo, animar un poco la velada y por eso es capaz de dejar en el espectador un cierto recuerdo grato y no exento de amenidad.
A veces los vaivenes de la pantalla sirven para mejorar.
Ostensiblemente.