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España España · Barcelona
Voto de Trevize:
6
Fantástico. Aventuras. Acción Las fuerzas de Saruman han sido destruidas, y su fortaleza sitiada. Ha llegado el momento de decidir el destino de la Tierra Media, y, por primera vez, parece que hay una pequeña esperanza. El interés del señor oscuro Sauron se centra ahora en Gondor, el último reducto de los hombres, cuyo trono será reclamado por Aragorn. Sauron se dispone a lanzar un ataque decisivo contra Gondor. Mientras tanto, Frodo y Sam continuan su camino hacia ... [+]
28 de noviembre de 2007
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
...como yo, lo reconozco. La primera vez que la vi fue brutal, como una hostia en la cara. La sexta vez ya dices "que si, que vale, que tires ya el anillo al fuego...y tú, venga, ya tardas en ser Rey, que lo estás deseando". La verdad es que me la suda que sea fiel al libro de Tolkien (un libro escrito con el culo, dicho sea de paso, pero interesantísimo al fin y al cabo). ¿Que no sale Tom Bombadil? Pues claro que no. ¿Qué diantre iba a pintar en la película? Si ya dudo que pintara algo en el libro (dejando de lado las discusiones freaks sobre si es la encarnación de Manwe y rollos de esos). ¿Que no aparece Saruman conquistando la Comarca tras la derrota de Sauron? Pues obviamente tampoco. Después de ese final extenuante qué coño vas a meter una escena de Saruman sometiendo hobbits. La gente se iría del cine por el nulo interés y una peli hay que venderla. Peter Jackson sabía lo que hacía. Si se hubiese dejado asesorar por todos esos puristas de Tolkien que tanto se indignan con cada incongruencia que encuentran le hubiese salido un truño de película y ahora mismo estaría mendigando por las calles de Wellington. Pero vaya, eso tampoco implica que le haya salido una obra maestra, ni que Jackson sea un gran director. Más bien al contrario. La función resulta muy muy espectacular, sí. Ejércitos de trillones de tíos dándose palos (generados mediante un programa de 18.000 dólares llamado Massive), interminables pasadas del helicóptero para mostrarnos Nueva Zelanda en todo su esplendor y verborrea insufrible por parte de los personajes a base de frases lapidarias a cada cual más épica. No hay diálogos más o menos ingeniosos o animados. Todo son grandilocuentes y literarias sentencias de pesadísima digestión, metidas con calzador, algo más propio del Silmarilion y su farragosa mitología, que del Señor de los Anillos, que, al fin y al cabo, es más bien un simple cuento. Por eso me enamoré de La Comunidad, porque los diálogos son infinitamente más frescos y, en otro orden de cosas, es mucho más fiel al concepto de historia bucólica que planteaba Tolkien, sin las jodidas batallas maratonianas de las dos siguientes películas, con un Gandalf el Gris (que no el Blanco) que resultaba un personaje increíblemente entrañable y carismático...y un largo etcétera de factores positivos que hicieron de la primera, la mejor de las tres, con diferencia. De todos modos, la que nos ocupa no está del todo mal. La aparición de Shelob hay que reconocer que es para quitarse el sombrero y especial mención merece también la intro, donde se explica el origen hobbit de Gollum hasta convertirse en el Jar-Jar Binks de la Tierra Media. Pero el conjunto es muy espeso...y la mayor putada de todas, es que el factor sorpresa es cero. Todo el tinglado rezuma previsibilidad. Quizá en manos de otro director y con los mismos medios habría acabado siendo la trilogía del siglo pero quién iba a tener los huevos de adaptar la obra de Tolkien al celuloide.
Trevize
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