El director Carlos Therón se está convirtiendo en uno de los directores más taquilleros del cine español. El año pasado superó los doce millones de recaudación con Lo dejo cuando quiera, la película protagonizada por Ernesto Sevilla, donde un grupo de profesores universitarios se convierten en una especie de Walter White – Breaking bad– de las pastillas alucinógenas. En Operación Camarón, el director sevillano repite con el tema de la droga aunque desde el otro lado de la mesa.

En esta ocasión, el protagonista es Sebas Arroyo (Julián Lopez), un pianista brillante y fracasado. El miedo a tocar en público le ha llevado a cambiar la música por la policía donde es un completo inútil. Pero todo cambia cuando la inspectora Garrido le pide que se infiltre en una banda de flamenco-trap, Los Lolos, que tocarán en la boda de uno de los narcos más buscados de Cádiz. Julián, un pianista niño de papá vallisolitano, debe convertirse de la noche a la mañana en un cani de Cádiz. Con Los Lolos descubrirá la amistad, el amor y sobre todo recuperará su amor por la música, siempre a punto de que le descubran.

Operación Camarón tiene todo lo necesario para hacerte reír: un protagonista torpe y entrañable que se va transformando, una historia de amor, chistes divertidos, un bueno, un malo y una operación policial en marcha. Tal vez lo menos bueno es que no se le saque más partido al personaje de la inspectora Garrido y a la operación que tiene en marcha. Miren Ibarguren está estupenda en el papel de una policía a punto de dar a luz con muy mala uva.

Poco más que decir de un film entretenido y ocurrente que confirma la apuesta de las productoras españolas por las comedias para un público amplio. Buenas noticias para el cine español sin olvidar que muchas se tratan de remakes del cine italiano. Esperemos que también salgan productos nacionales capaces de recuperar ese humor sano y familiar.

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