Cuando el cine actual parece sorprender cada vez menos con tanto refrito y tanta falta de ideas así como de originalidad, es bueno parar y mirar un poco hacia atrás, otear el horizonte de décadas pasadas (los 70 en este caso), resulta impagable encontrarse con este tipo de joyas.

El guión en mi opinión es una maravilla, mientras el joven Harold es un alma en pena que está obsesionado con la muerte, la anciana Maude vive cada situación como si fuera la última, estas dos almas indomables y tan singulares acabarán encontrándose, conectando de tal forma que se harán inseparables.

Durante la película asistiremos, entre otras cosas, a las mil y una formas que tiene Harold para simular un suicidio a cada cual más macabro, con unos gags que particularmente me hicieron reír a mandíbula batiente, y por parte de la anciana veremos su particular anarquismo frente a las fuerzas del orden y de la sociedad en general.

HAROLD Y MAUDE es una comedia de humor negro (negrísimo), extranvótica, diferente, loca, siniestra, divertidísima y con un mensaje genial.

Muy buena.