Una película de alguien de 91 años debería ser motivo de enseñanza y festejos para esta y futuras generaciones. Entra en la categoría de esos “dioses que nunca mueren” y en esta ocasión nos deja un film que nos demuestra como la humanidad debería seguir hacia los días que restan.
Este film cuenta la historia de un cowboy al cual jubilan pero que entendió todo lo que había que entender en cuestiones de la vida y sale en una última misión… buscar el hijo de su patrón a México y ponerlo a salvo con su padre.
Es una historia simplona, sin muchos contratiempos y que suele presentar escenas ingenuas, digna película para el mundo Disney en la que toda la familia está invitada a verla.
Un film que rescata los valores que muchos hoy en día no tienen en cuenta, como lo son la familia, el amor, la vejez, etc. Si nos ponemos minuciosos tiene más para rescatar que para criticar, pero en fin, es para disfrutar y celebrar.
Digna obra de ser vista acompañada de seres queridos, a pesar de que se aburran es familiera total. Recomiendo.
Nota: La ví en un cine que la exhibió muy oscura… ¿era tan así?