Meryl Streep está insuperable, como siempre. Su caracterización es muy buena, el trabajo de maquillaje es notable, y en general está bien secundada por todo el resto del elenco. Pero la película ofrece muy poco más. En mi opinión, "La dama de hierro" no funciona como relato autobiográfico, ni como crónica de una época, ni como panfleto sobre el feminismo, ni como drama de la tercera edad... Y, seguramente, quería ser todo eso. Supuestamente, la película debería reflejar una historia de renuncia personal en beneficio de un ideal, pero lo trata muy de soslayo, y a mí no me ha dicho nada. Tampoco me ha conmovido la angustia de la protagonista cuando adquiere consciencia de su propia demencia. El retrato de la Gran Bretaña y de la Europa de la segunda mitad del siglo XX es muy pobre, cada episodio se relata un poco de pasada, como si el guionista tuviese prisa. La emotividad de la película recuerda el de cualquier telefilm facilón. En fin, falta profundidad y fuerza en todo el metraje. La tensión se la queda toda Meryl Streep.

Para disfrutar de la actriz protagonista en cada escena, y esperar los créditos finales. Nada más.