Para pasar el rato, sin más. "Una casa en Córcega" parte de una premisa argumental muy forzada. Uno no entiende el motivo por el que la protagonista, una camarera explotada laboralmente sin oficio ni beneficio, recibe una reacción tan hostil por parte de todo su entorno, sólo por el hecho de querer conocer una casa recibida en herencia. Ni que estuviese contaminada... Inconcebible. A mi entender, eso lastra toda la película.

Lógicamente, la historia va a más, ya que a partir de ahí el retrato buenista de un entorno natural y bucólico, con una posterior reconciliación y reencuentro afectivo con la familia (eso sí, sólo con la familia, no la liemos) hace que la obra irradie un espíritu positivo demasiado naif. Salvan a la película el buen trabajo de su actriz protagonista, el tono casi documental en que está rodada buena parte del film y la belleza de los paisajes. Posiblemente, el mérito está en su modestia y falta de pretensiones. Con todo, "Una casa en Córcega" no deja de ser una mera manera de pasar una tarde, sin más.