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Voto de Capitan Ahab:
8
8.1
534
Documental. Bélico. Drama Estamos en París en el año 1871; mientras que un periodista de Versalles TV transmite información falsamente tranquilizadora, se crea una Televisión Comunal, que refleja la opinión de los insurgentes de la capital francesa. Así, estas dos cadenas cubren la revolución y gobierno de la Comuna de París, entre el 26 de marzo y el 28 de mayo de 1871, de una manera totalmente diferente. El canal público oficial, TV Nacional de Versalles, da ... [+]
7 de abril de 2016
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que no sé es por qué razón estas cosas tienen que durar cinco horas y machacar tanto sobre lo mismo. Presiento que se debe más a exigencias de formato comercial (para la tele o la venta en vídeo) que por verdadera intención artística. El gigantonismo puede estar bien en bellas artes, donde uno tiene que aportar en términos de tiempo y atención prácticamente lo mismo para ver el Guernica o el David que La lechera de Burdeos o El hombre que camina. Pero pedir a la gente cinco horas de atención a una película, aunque pueda ser vista por fragmentos… no parece muy revolucionario ni parece una gran exhibición de espíritu de síntesis.
Dicho esto, la idea que anima la obra me parece magnífica. La reconstrucción histórica nunca es meramente abstracta (es decir, hay un vestuario y unos decorados históricos y una dramatización y unos diálogos) pero en todo momento se recalca el hecho de que lo importante es reflexionar sobre hechos reales y no evadirse de ellos. Excelente la idea de sacarse de la manga una televisión de la Commune, con dos reporteros a pie de campo con sus trajes de ciudadanos de la época pero con micrófonos en mano, y otra televisión de Versalles, con los típicos locutores hieráticos, cursis y ultramaquillados que cuentan las rutinas de conveniencia, como en un telediario normal de hoy en día (algo parecido se hacía con la guerra de Cuba en La primera carga al machete, 1969, de Manuel Octavio Gómez). Excelente también los saltos de los diálogos de los actores hacia la realidad actual, trasladando el discurso de comunero de 1870 al de ciudadano inconformista del 2000 Cine para incendiar (metafóricamente hablando) en lugar de para engordar.
Capitan Ahab
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