Haz click aquí para copiar la URL
España España · Zaragoza
Voto de Escar:
9
Drama Los habitantes de un campo de refugiados del Kurdistán iraquí buscan desesperadamente una antena parabólica para poder estar informados del inminente ataque americano contra Irak. Los niños del campamento, liderados por un chico al que llaman "Satélite", se dedican a la recogida y venta de minas antipersona. Nuevos refugiados llegan al lugar: un joven mutilado, su hermana y un niño pequeño. Satélite quedará prendado de la triste belleza de la joven. (FILMAFFINITY) [+]
21 de marzo de 2006
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La desgracia a la hora de redactar esta crítica es no poder comparar el film de Bahman Ghobadi con el resto de la filmografía iraní porque, inexplicablemente, el cine que nos llega de este país es con cuentagotas, como el resto del cine asiático a excepción de Japón y Corea. Sólo de Irán podemos degustar, además de esta película, de los trabajos del maestro Majid Majidi como “Baran” o “El color del paraíso”. Por ello, y a la vez que alabamos el film de Ghobadi, nos permitimos el lujo de demandar más cine de allí: entendemos que no se hacen muchas películas al año, pero sí pedimos que nos lleguen algunas de ellas.
Porque sólo tras ver la maravilla de Ghobadi, entenderéis mi petición. Da gusto mantenerse pegado durante un rato ante la belleza que su director nos invita a disfrutar. Es verdad que el escenario del desprendimiento de esa belleza no sería el idóneo: un pueblo kurdistán donde los niños ganan dinero desactivando minas explosivas, muchas veces provocándoles mutilaciones a causa de la explosión de éstas. Y ellos son, los niños, los únicos protagonistas del film. Ellos y una guerra inminente como es la de Irak. El pueblo está deseoso de conocer las noticias que proceden del suceso, de cuándo se iniciará. No es el escenario adecuado para la labor que tiene intencionado el director hacer, pero quizá las desavenencias que viven los niños es lo que provoca esa belleza indescriptible y perpetua de la cual está bañada la película.
La naturalidad de los niños (sus miradas, sus gestos...) provocan que el espectador parezca adentrarse en la vida y preocupaciones de aquellos niños, de imbuirse en la vida peligrosa entre la cual deben moverse. Desgarradores son los momentos de los hermanos y el niño pequeño, de su abandono y posterior rescate, de la compra de armas por parte de los niños en el mercado... Toda una realidad que, eso sí, Ghobadi no teme en mostrar pero tampoco atentar con ello al espectador. No quiere provocar ternura ni mucho menos compasión. A algunos niños les faltan las manos, otros una o ambas piernas..., pero no juzga el por qué de su situación ni busca, como ya he dicho, su compasión. Se limita a reflejar la realidad, porque hay que recordar que los niños no son actores, sino personajes reales. Y pensar eso es lo único que puede conmover, pero ya es algo ajeno a la película.
La película también refleja la necesidad que sufre la sociedad moderna de hoy de conocer al instante todo cuanto ocurre en el mundo: desde el país más moderno como EEUU, hasta el de los más pobres como es el de Irán.
“Las tortugas también vuelan” es una poesía cuyos versos sangran realidad. La dirección de Ghobadi es sublime y es merecedora sin lugar a dudas de la Concha de Oro recibida el pasado mes de septiembre en el Festival de San Sebastián. Una película casi perfecta.

LO MEJOR: Su belleza
LO PEOR: Que nos lleguen pocas propuestas tan interesantes como esta
Escar
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow