Es muy inglesa... le irían bien adjetivos como: arrogante, emocionalmente fría, describiendo la falta de compromiso, apasionada, rotunda. Pero fundamentalmente: Elegante, turbulenta, incluso perturbadora.

Cada uno va a lo suyo, incluso aquel parlamentario de la cámara de los comunes que intenta aprobar una ley y plantea en privado:
-No creo que esas almas perdidas, sean jamás felices, pero es nuestro deber ayudarles: ¡¡Pobres malditos maricones!!

Está muy centrada en lo que desea contar y lo transmite oportunamente. Fresca, directa, sin ambages; se incluyen algunas pinceladas de comedia melodramática que le sientan muy bien. En realidad existe mucho de
comedia contenida que encaja adecuadamente con el desarrollo de la trama.

Un seis alto, pero no me atrevo a darle el siete.