Tas el desfile de grandes actores y una estética colorista de lo más falsa, no encontramos nada más que un absurdo guion que no lleva a ningún lado, salvo al más profundo aburrimiento. Lejos está la originalidad de "Moonrise kingdom" o "El gran hotel Budapest" que aparte de ser divertidas, conseguían aportar mucha magia a ese derroche de imaginación.

Comenzamos con unas escenas en blanco y negro con un presentador de TV de los años 50, nos cuenta lo que ocurre en una ciudad llamada "Asteroid City" de 87 habitantes en medio del desierto, cuya única atracción turística es un cráter de un asteroide que cayó hace mucho tiempo. Las imágenes se convierten en color y scope y empezamos a ver como es esa caricatura de pueblo, junto a los habitantes y curiosos que pululan por ese extraño lugar...

La lista de estrellas es interminable (parece que todo el mundo quiere trabajar con él) todos sin ningún atisbo emocional con el que puedas sentirte atraído, por lo que te da igual lo que les ocurra, ya que no empatizas con nadie.

La formula "made in Wes Anderson" la repite hasta la saciedad en sus once largometrajes, tiene un estilo propio, único e inequívoco y lo ha mantenido durante toda su carrera, en algunas películas ha acertado con el tono y en otras, en cambio, no. Creo que en esta se ha pasado de frenada y no consigue más que preguntarnos con indiferencia que es lo que nos quiere transmitir. No ayudan unos personajes estúpidos, extravagantes e inexpresivos que no dicen más que tonterías.

Un universo creado por las ocurrencias de este director alabado por la crítica, pero que yo le considero algo irregular.

Y a propósito, ¿dónde está Chinchón?
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