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España España · Torredonjimeno
Voto de gomezhueso:
8
Drama El victorioso general Julio César se ve obligado a visitar Egipto para evitar la guerra civil provocada por la falta de entendimiento entre Cleopatra y su hermano Tolomeo, que comparten el poder en Egipto. César, cautivado por la inteligencia y belleza de la joven, la proclama reina indiscutible de Egipto, y tras el nacimiento de su hijo, Cesarión, la convierte en su esposa. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No ha habido caso igual: una película que trascendió lo puramente cinematográfico, convirtiéndose en un azaroso culebrón con repercusiones sociales, políticas y económicas, que salpicó al mundo durante los tres primeros años de la década de los sesenta. La historia es compleja, plagada de sucesos rocambolescos, tragedias incluso (el director de producción murió de infarto durante el rodaje), dimisiones, expulsiones, actos de sabotaje, huelgas, avatares de todo tipo, imposible de resumir aquí. Baste recordar que todo comenzó con la pretensión de la Fox de conseguir un gran éxito comercial que sacara a la compañía de una prolongada crisis. Se acababan de estrenar dos películas “de romanos” con descomunal éxito: “Ben-Hur” y “Espartaco”. La Fox se fijó en la “Cleopatra” de 1934 y se propuso hacer un remake que la curara de sus penurias. A partir de entonces se inició un rosario de turbulencias: el presupuesto de 2 millones se convirtió en 44; Elizabeth Taylor enfermó gravemente, obligando a interrumpir el rodaje en varias ocasiones; los escenarios iniciales, construidos en Inglaterra, tuvieron que trasladarse a los estudios Cinecittá de Roma, después de haberse filmado algunas escenas; el reparto original fue totalmente modificado; los gastos se dispararon, el rodaje se volvió caótico, incontrolado, la compañía estuvo al borde de la ruina total; antes de final, se despidió al productor y alma del proyecto, el gran Walter Wanger. Todo ello aderezado, además, con el sonado romance Taylor-Burton, quienes acabaron separándose de sus respectivas parejas y casándose. Cuando, tras casi tres años, Joseph L. Mankiewicz tuvo lista su obra, en dos películas de tres horas cada una, llegó el sustituto de Wanger, Darryl F. Zanuck, se negó a que surgieran dos filmes y ordenó un nuevo montaje que cortaba en más de dos horas el original, naturalmente con la oposición de Mankiewicz, estrenándose una copia de algo más de tres horas. Posteriormente se ha logrado ampliar el metraje a 243 minutos para su edición en DVD. Ahora se afanan por rescatar esas dos horas perdidas, ya que el soporte audiovisual moderno sí permite otros formatos más largos y flexibles. Pero tal vez sea tarde y parte del material puede haberse perdido.
Mankiewicz trabajó duramente en la considerada “la película más cara de la Historia”, escribiendo la casi totalidad del guión, aparte de dirigir, y al final sufrió la terrible decepción de tener que contemplar una obra mutilada. Perdió parte de su salud y, hasta su muerte, manifestó la aversión que le producía el resultado final. Con todo, fue un grandioso éxito y aunque al principio no logró recuperar los 44 millones, a los pocos años sí lo consiguió.
¿Qué es “Cleopatra” tras todo aquel maremágnum? Pues, naturalmente, un gran película, en donde brillan excepcionales interpretaciones (sobre todo la de Rex Harrison, que compone un Julio César inolvidable), diálogos magistrales, intimistas e inteligentes, una sutil y aguda crítica del poder político (generador de miserias para los desfavorecidos), escenas espectaculares, una música inspiradísima de Alex North, los retratos profundos y carismáticos de tres personajes históricos que se dejan llevar por sus pasiones, un trabajo magistral de Mankiewicz, que nos lega momentos sublimes, como el desfile de la llegada de Cleopatra a Roma o el travelling final. Es, al mismo tiempo, una crónica histórica y una historia de amor a tres bandas.
¿Qué imposibilita que sea una obra maestra? Pues, en mi opinión, la salvaje mutilación y manipulación a la que fue sometida (que ha impedido que conozcamos la película tal y como Mankiewicz la creó), la visión maniqueísta, convencional e idealizadora que da del mundo antiguo y algunos errores históricos, no graves.
No obstante, pese a todo, “Cleopatra” es una fascinante obra, genialmente dirigida, con elegantes planos, magníficas secuencias, grandiosas escenas coloristas de exteriores e interesantes diálogos. Confiemos que algún día se restaure en su totalidad y podamos, al fin, disfrutar la película tal y como fue concebida.
gomezhueso
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