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España España · Madrid
Voto de Luth:
7
Thriller. Drama En 1980, en la frontera de Texas, cerca de río Grande, Llewelyn Moss (Josh Brolin), un cazador de antílopes, descubre a unos hombres acribillados a balazos, un cargamento de heroína y dos millones de dólares en efectivo. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2021
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No country for old men, No es país para viejos en su versión de España, película de los hermanos Coen de 2007.

Para mi gusto, posiblemente la mejor película de Javier Bardem, entre otras cosas, porque los cineastas estadounidenses tienen la (mala) costumbre de dar personajes desdibujados, estereotipados o mediocres a actores de origen hispano y, en esta ocasión, los Coen regalan un gran personaje a Bardem. Lo mejor de todo es que lo borda. Anton Chigurh es un caramelo para cualquier actor pero no todos serían capaces de dar los matices, los gestos contenidos, tan bien trabajados que le da Javier Bardem. Llama mucho la atención el peinado, auténtica provocación estética, made in Coen, que tiene el efecto deseado de ingratitud, de causar desazón en el espectador que es justo lo que debe producir un personaje siniestro e inquietante como pocos.

El Cine ha dado muchísimos personajes de psicópatas, asesinos en serie, crueles, sanguinarios, calculadores, ha habido de todo. Pero Chigurh tiene algo novedoso: en la historia, oscura, muy oscura que nos presentan los Coen, se come a todos los demás personajes, a pesar de que el sheriff Tom Bell (Tommy Lee Jones) o Llewelyn (Josh Brolin) son cruciales en la narración. Es un villano con rasgos clásicos pero también con pinceladas novedosas. Es feo pero atractivo, es repulsivo pero fascinante. Queremos que muera y que se salve. Es contradictorio y eso lo hace especial.

El peinado de Bardem tiene un protagonismo asombroso. Pocas películas se pueden permitir estos lujos y eso que los Coen son auténticos maestros en resaltar detalles narrativos, en crear iconografías propias, en construir historias con rasgos característicos, rasgos que no se pueden sacar de contexto y que perdure su semiótica. El físico de Bardem ayuda, hay que reconocerlo, como ayuda a otros grandes del Cine. ¿Sería lo mismo DeNiro con otra cara, con otros gestos? En Cine tener un físico peculiar es una bendición para un actor si lo sabe trabajar.

La película es hija de sus padres. No falta ninguna característica habitual del cine de los Coen. Quizá echamos de menos el humor negro. Me sorprenden algunas críticas que lo ensalzan en No es país para viejos. Yo no lo veo, sinceramente. Aparte de eso, todo bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luth
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