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Voto de Luth:
7
20 de diciembre de 2021
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No country for old men, No es país para viejos en su versión de España, película de los hermanos Coen de 2007.
Para mi gusto, posiblemente la mejor película de Javier Bardem, entre otras cosas, porque los cineastas estadounidenses tienen la (mala) costumbre de dar personajes desdibujados, estereotipados o mediocres a actores de origen hispano y, en esta ocasión, los Coen regalan un gran personaje a Bardem. Lo mejor de todo es que lo borda. Anton Chigurh es un caramelo para cualquier actor pero no todos serían capaces de dar los matices, los gestos contenidos, tan bien trabajados que le da Javier Bardem. Llama mucho la atención el peinado, auténtica provocación estética, made in Coen, que tiene el efecto deseado de ingratitud, de causar desazón en el espectador que es justo lo que debe producir un personaje siniestro e inquietante como pocos.
El Cine ha dado muchísimos personajes de psicópatas, asesinos en serie, crueles, sanguinarios, calculadores, ha habido de todo. Pero Chigurh tiene algo novedoso: en la historia, oscura, muy oscura que nos presentan los Coen, se come a todos los demás personajes, a pesar de que el sheriff Tom Bell (Tommy Lee Jones) o Llewelyn (Josh Brolin) son cruciales en la narración. Es un villano con rasgos clásicos pero también con pinceladas novedosas. Es feo pero atractivo, es repulsivo pero fascinante. Queremos que muera y que se salve. Es contradictorio y eso lo hace especial.
El peinado de Bardem tiene un protagonismo asombroso. Pocas películas se pueden permitir estos lujos y eso que los Coen son auténticos maestros en resaltar detalles narrativos, en crear iconografías propias, en construir historias con rasgos característicos, rasgos que no se pueden sacar de contexto y que perdure su semiótica. El físico de Bardem ayuda, hay que reconocerlo, como ayuda a otros grandes del Cine. ¿Sería lo mismo DeNiro con otra cara, con otros gestos? En Cine tener un físico peculiar es una bendición para un actor si lo sabe trabajar.
La película es hija de sus padres. No falta ninguna característica habitual del cine de los Coen. Quizá echamos de menos el humor negro. Me sorprenden algunas críticas que lo ensalzan en No es país para viejos. Yo no lo veo, sinceramente. Aparte de eso, todo bien.
Para mi gusto, posiblemente la mejor película de Javier Bardem, entre otras cosas, porque los cineastas estadounidenses tienen la (mala) costumbre de dar personajes desdibujados, estereotipados o mediocres a actores de origen hispano y, en esta ocasión, los Coen regalan un gran personaje a Bardem. Lo mejor de todo es que lo borda. Anton Chigurh es un caramelo para cualquier actor pero no todos serían capaces de dar los matices, los gestos contenidos, tan bien trabajados que le da Javier Bardem. Llama mucho la atención el peinado, auténtica provocación estética, made in Coen, que tiene el efecto deseado de ingratitud, de causar desazón en el espectador que es justo lo que debe producir un personaje siniestro e inquietante como pocos.
El Cine ha dado muchísimos personajes de psicópatas, asesinos en serie, crueles, sanguinarios, calculadores, ha habido de todo. Pero Chigurh tiene algo novedoso: en la historia, oscura, muy oscura que nos presentan los Coen, se come a todos los demás personajes, a pesar de que el sheriff Tom Bell (Tommy Lee Jones) o Llewelyn (Josh Brolin) son cruciales en la narración. Es un villano con rasgos clásicos pero también con pinceladas novedosas. Es feo pero atractivo, es repulsivo pero fascinante. Queremos que muera y que se salve. Es contradictorio y eso lo hace especial.
El peinado de Bardem tiene un protagonismo asombroso. Pocas películas se pueden permitir estos lujos y eso que los Coen son auténticos maestros en resaltar detalles narrativos, en crear iconografías propias, en construir historias con rasgos característicos, rasgos que no se pueden sacar de contexto y que perdure su semiótica. El físico de Bardem ayuda, hay que reconocerlo, como ayuda a otros grandes del Cine. ¿Sería lo mismo DeNiro con otra cara, con otros gestos? En Cine tener un físico peculiar es una bendición para un actor si lo sabe trabajar.
La película es hija de sus padres. No falta ninguna característica habitual del cine de los Coen. Quizá echamos de menos el humor negro. Me sorprenden algunas críticas que lo ensalzan en No es país para viejos. Yo no lo veo, sinceramente. Aparte de eso, todo bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero es la narrativa lo que da personalidad a la cinta. Me gustan especialmente las elipsis en momentos clave de la película. La escena final con Bardem y la chica es maravillosa. Ese plano saliendo Chigurh de la casa y mirando si lleva sucios los zapatos es puro cine. Un buen cinéfilo no tendrá la duda de qué decidió la moneda con que el brutal asesino decide si vive o muere su objetivo. Sabemos si la chica murió o no. Es una elipsis fabulosa.
El crimen del personaje de Brolin es también excelente. No era necesario mostrarnos con detalle el momento exacto. Basta con que llegue el sheriff y veamos saliendo a toda prisa la furgoneta de Bardem y oigamos un tiroteo lejano. Cuentan estas elipsis con el ritmo lento y detallista de otras escenas. El reguero de sangre que va dejando a su paso Chigurh unas veces se muestra con toda su crudeza y otras, como al tipo que mata tapándolo con la cortina de la ducha, se nos oculta, pero no por censura o por evitar lo escabroso sino para mostrar la frialdad del gesto de Bardem. Da más miedo que el propio disparo a quemarropa.
Historia de sombreros. Lo lleva Brolin, lo lleva Tommy Lee, lo lleva Woody Harrelson. El peinado de Bardem es otro "sombrero", el que define a alguien fuera de la sociedad. No hay nada más social que un sombrero. Nos dice la profesión, la cultura, el estatus social de una persona. El peinado de Chigurh nos indica que no es como otros asesinos. Es un calculador racional, es empático pero le da igual, no tiene remordimientos porque goza matando. La escena inicial de la película cuando asesina ahogando con los grilletes al policía es todo un símbolo de lo que viene después. Esa cara mezcla de placer y odio de Javier Bardem en el suelo es apoteósica. Ese gesto de orgasmo y crueldad mezclados definen al personaje.
Hábil es también el dinero como auténtico mcguffin de la historia. Da igual de dónde proceda, quién lo tenga, quién lo merezca. Lo interesante es el trío protagonista, su persecución mutua, lo que llevan detrás cada personaje, sus vidas, sus miserias morales, sus sueños...
Película muy recomendable. No es la mejor de los Coen pero hay que reconocer que hace tiempo que pusieron el listón muy alto incluso para sí mismos.
El crimen del personaje de Brolin es también excelente. No era necesario mostrarnos con detalle el momento exacto. Basta con que llegue el sheriff y veamos saliendo a toda prisa la furgoneta de Bardem y oigamos un tiroteo lejano. Cuentan estas elipsis con el ritmo lento y detallista de otras escenas. El reguero de sangre que va dejando a su paso Chigurh unas veces se muestra con toda su crudeza y otras, como al tipo que mata tapándolo con la cortina de la ducha, se nos oculta, pero no por censura o por evitar lo escabroso sino para mostrar la frialdad del gesto de Bardem. Da más miedo que el propio disparo a quemarropa.
Historia de sombreros. Lo lleva Brolin, lo lleva Tommy Lee, lo lleva Woody Harrelson. El peinado de Bardem es otro "sombrero", el que define a alguien fuera de la sociedad. No hay nada más social que un sombrero. Nos dice la profesión, la cultura, el estatus social de una persona. El peinado de Chigurh nos indica que no es como otros asesinos. Es un calculador racional, es empático pero le da igual, no tiene remordimientos porque goza matando. La escena inicial de la película cuando asesina ahogando con los grilletes al policía es todo un símbolo de lo que viene después. Esa cara mezcla de placer y odio de Javier Bardem en el suelo es apoteósica. Ese gesto de orgasmo y crueldad mezclados definen al personaje.
Hábil es también el dinero como auténtico mcguffin de la historia. Da igual de dónde proceda, quién lo tenga, quién lo merezca. Lo interesante es el trío protagonista, su persecución mutua, lo que llevan detrás cada personaje, sus vidas, sus miserias morales, sus sueños...
Película muy recomendable. No es la mejor de los Coen pero hay que reconocer que hace tiempo que pusieron el listón muy alto incluso para sí mismos.