Seguir las aventuras del anti-heroe "el nota" es toda una experiencia lisérgica. Un tipo pintoresco, medio colgado, jugador de bolos, vago impenitente, adicto a los white russian, a la música de Creedence Clearwater Revival (pedazo de grupo, por cierto) y devoto oyente de cantos de ballenas ¿me dejo algo? Se te hace simpático y enervante a partes iguales este personajillo.

La vida de este inclasificable ser es la que se refleja en el filme mientras le van enredando en los tejemanejes de un secuestro ¿real o fingido? Van desfilando sus pintorescos amigos y toda la troupe que rodea al secuestro de la mujer del millonario. Todos ellos a la altura de "el nota". Los cambios de guión son tan surrealistas y divertidos como el propio personaje y suelen llegar de la mano de uno de los inclasificables secundarios.

Cuando la ves (por cierto, demasiado metraje para lo que se cuenta) estás sonriendo más que riéndote. Aunque haya algunos golpes buenos.

Que Jeff Bridges se eche a la espalda todo el peso del filme y lo haga de una manera tan creíble y fluida dice mucho de su calidad como actor.