Después de mucho tiempo queriendo ver esta película, por fin he tenido la oportunidad de disfrutar de esta historia que está basada en hechos reales.
El film nos presenta a una mujer que cincuenta años atrás se quedó embarazada sin estar casada. Sus padres debido a la vergüenza la meten en una institución de monjas para que dé a luz y se quede trabajando allí. En ese lugar tendrá un niño el cual será vendido por las monjas, arrebantándoselo a su madre al igual que a otras muchas jóvenes de lugar. Décadas después quiere encontrarle, y para ello le ayudará un hombre reconocido política y televisivamente en el país, pero que por un escándalo se ha quedado sin trabajo. Él realizará un proceso de investigación para encontrar a este joven, y poder escribir un libro con toques de realismo humano y así poder conseguir un nuevo reconocimiento.
La película enamora en muchos aspectos. En un principio por un guión magnífico que mezcla toques tiernos y entrañables, con otros que te hacen soltar carcajadas que se salpican con diversos de fuerte dramatismo que te ponen la carne de gallina.
Y es que la historia aunque esté contada con cierta ternura y simpatía debido a la relación que tienen ambos protagonistas; hay que reconocer que es un fuerte drama que relata un suceso horrible que por desgracia ha sucedido en muchos países. Como la Iglesia en décadas anteriores sacaban dinero por robar y vender bebés sin autorización de las madres.
Stephen Frears es un grandísimo director inglés que tiene un enorme talento para relatar historias de aspecto social que tocan el alma del espectador. En esta ocasión vuelve a hacer un trabajo sublime con esta trama que da un pellizco en el corazón a la vez que saca una sonrisa.
Gran parte del éxito lo tiene la pareja protagonista. Dos intérpretes ingleses de un nivel altísimo, que nuevamente regalan unos personajes magníficos. La gran Judi Dench que fue nominada al Oscar a la Mejor Actriz por su trabajo, realiza una actuación maravillosa que emociona y divierte. Su calidad interpretativa es innegable y este es un claro ejemplo. Al igual que el brillante Steve Coogan. Reconozco que no me gustan muchas de sus películas, pero su trabajo siempre convence; y aquí puedo decir que es uno de los mejores de su carrera.
En fin, "Philomena" es una película que contó con varias nominaciones a los Oscar como el de Mejor Película; y no es de extrañar debido a que es un film con una gran calidad en muchos aspectos, y que enamora desde el minuto uno hasta un final que cierra una historia llena de emociones.