Aunque es animación moderna, como si se hubiera hecho con flash, lo cierto es que la serie luce bastante bien y visualmente tiene momentos muy potentes. El resultado final es que me dejó con dudas. No es tan graciosa como se cree resultando cargante a veces, tampoco es original. Los lugares y personajes son muy comunes: los malos malos muy malos con el supermalo al mando y los buenos muy buenos. Gary, el personaje protagonista, me resulta demasiado histrionico y caótico, intentan arreglarlo convirtiéndolo en un payaso y no funciona, intentan compensarlo con el personaje antagonista femenino de Quinn pero resulta muy antipática y muy Peggie Sue. Aún así se puede ver porque sus episodios son de media hora.