Quien a principio de los ochenta ya estuviera dando guerra sabrá muy bien de qué hablo cuando mencione aquellas maquinitas con una pantalla en miniatura y con un sólo juego chapucero no intercambiable. Esto es mucho más antiguo que el 48k de Spectrum. Bueno, total; fijo que todos los que tuvisteis una de éstas recordareis a la perfección esa pegatina en el reverso, dorada y brillante; en el caso de los más guarretes, con restos momificado de nocilla, en la cual se podía leer "Made in Taiwán".

Pues claro que sí. Taiwán forever. Que de no ser por ellos hubiéramos acabado con la muñeca dislocada de tanto pegarle al Tragabolas.
Los tíos se lo curraban. Mientras aquí uno le pegaba un perdigonazo en la cabeza al vecino por un metro de tierra allí se ponían las gafitas a piñón y a darle caña al progreso y a los chips.


No me extraña que en los días libres se juntaran cuatro o cinco de estos y crearan la película más espeluznante de la historia del cine. Bochornosa, sí; pero se lo pasaron pipa con ella. Y bien merecido que se lo tienen; No todo va a ser jornadas de 20 horas... porque supongo que estos no son actores ¿no?. Imagino que "Comienza la magia" en Taiwán es el equivalente al domingo de campo en familia de un español. ¡Si se les nota!. los tíos no disimulan ni las risas.

Si no fuese así, si en realidad pretendían hacer una película comercial, habría que ponerse serios y hacer crítica a la película en plan hijo puta... pero yo creo que esto tan sólo es un domingo de campo en Taiwán con una cámara como testigo.