Hasta el segundo intento no pude acabar el primer capítulo. Luego ya fue imposible parar.
Es una serie cuyo inicio exige al espectador un acto de fe, pero que te recompensa con un torbellino de creatividad, unos personajes bien construidos y una preciosa historia de amor.
El diseño de producción, los diálogos, los giros de guión, las interpretaciones, todo alcanza cotas muy altas.
Si, como en mi caso, la abandonaste a los pocos minutos porque no entendías demasiado y te daba pereza, te recomiendo que le des una segunda oportunidad, porque no te arrepentirás.