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Voto de Redrum:
8
7.2
46,513
Drama
Randy "The Ram" Robinson (Mickey Rourke) es un luchador profesional de wrestling que, tras haber sido una estrella en la década de los ochenta, trata de continuar su carrera en el circuito independiente, combatiendo en cuadriláteros de tercera categoría. Cuando se da cuenta de que los brutales golpes que ha recibido a lo largo de su carrera le empiezan a pasar factura, decide poner un poco de orden en su vida: intenta acercarse a ... [+]
30 de agosto de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cámara con planos de fotografías de prensa de los tiempos de gloria de Randy “The Ram” Robison, con la contagiosa música de fondo de Metal Heath de Quiet Riot; pasa paulatinamente a un travelling hacia el abismo de nuestro antihéroe encarnado por un envejecido Mickey Rourke. Un papel que sólo era para él, recordando que años atrás el actor dejara definitivamente su carrera en el cine, para dedicarla por completo al boxeo. Rourke casi rechaza el papel, por el simple hecho que lo representaba plenamente, reflejaba su estado anímico y su propia decadencia como actor. De todas formas acepto el desafío y por cierto el premio oscar le fue esquivo. Como siempre la academia se equivoca una vez más, la verdad es que hace tiempo que ya no es un precedente para apreciar la real calidad del cine y lo que el público prefiere. Lo de este año fue una vergüenza, (8 oscar para Slumdog Millionaire) la entrega de premios fue más arreglada que mesa de cumpleaños, sin comentarios.
No tiene necesidad de presentación
De lleno en el film, nos encontramos con el material más honesto y real de Darren Aronofsky. La cámara a ras de suelo, nos comienza a relatar la decadencia en que se encuentra el protagonista. Ya han pasado 20 años de la época dorada de la lucha libre en EE.UU, donde el “El Carnero” era uno de sus mayores ídolos y representaba el sueño americano de aquellos años de glamour. Ahora las viejas glorias terminaron para “Randy” y sólo le quedan algunas peleas de exhibición, tan mal pagadas que ni siquiera le alcanzan para pagar el arriendo de su hogar. Sin embargo “El Carnero” aún es reconocido y respetado por sus pares y por algunos seguidores que aún lo apoyan y le piden algunos autógrafos. En este sentido Aronofsky no sólo nos muestra el miedo a envejecer (o a retirarse o jubilar) sino que describe con precisión un submundo de compañerismo masculino —el de Randy— que queda capturado insisto con total honestidad y sin ningún tipo de condescendencia. La mayoría son veteranos de la lucha libre, pero siguen realizan dignamente lo que más saben hacer y de premio reciben el aplauso y el respeto de sus fieles seguidores los cuales para muchos son su única familia.
No tiene necesidad de presentación
De lleno en el film, nos encontramos con el material más honesto y real de Darren Aronofsky. La cámara a ras de suelo, nos comienza a relatar la decadencia en que se encuentra el protagonista. Ya han pasado 20 años de la época dorada de la lucha libre en EE.UU, donde el “El Carnero” era uno de sus mayores ídolos y representaba el sueño americano de aquellos años de glamour. Ahora las viejas glorias terminaron para “Randy” y sólo le quedan algunas peleas de exhibición, tan mal pagadas que ni siquiera le alcanzan para pagar el arriendo de su hogar. Sin embargo “El Carnero” aún es reconocido y respetado por sus pares y por algunos seguidores que aún lo apoyan y le piden algunos autógrafos. En este sentido Aronofsky no sólo nos muestra el miedo a envejecer (o a retirarse o jubilar) sino que describe con precisión un submundo de compañerismo masculino —el de Randy— que queda capturado insisto con total honestidad y sin ningún tipo de condescendencia. La mayoría son veteranos de la lucha libre, pero siguen realizan dignamente lo que más saben hacer y de premio reciben el aplauso y el respeto de sus fieles seguidores los cuales para muchos son su única familia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Los planos en steadycam, que durante gran parte de film siguen a “Randy”, nos muestra su mundo y donde incluso podemos escuchar sus problemas para respirar, lo que es un grito de alerta para su vida, pero para “El Carnero” las cosas están claras; su vida y su pasión es la lucha y nada más importa. La escena de la catarsis y explosión de “Randy” en el supermercado es de antología, es un momento descarnado, pero limpio y cristalino. Hace tiempo que no apreciaba una escena tan honesta y significativa en la pantalla grande acostumbrada sólo a mostrar artificios. La secuencia simboliza lo que les puede ocurrir a muchas personas que no se sienten bien con sus miserables vidas y simplemente desean gritarlo al mundo, por el simple hecho que se encuentran en el sitio equivocado y no aman lo que hacen.
El Rock y “Randy”
La banda sonora elegida para el film, es una selección de lo mejor de la escena Rock de los ochenta. Le venían como anillo al dedo a “Randy” rememorando lo mejor que había vivido durante sus años dorados. Por ejemplo el melancólico tema de Cinderella “Dont now what you got” (no sabes lo que tienes hasta que los pierdes) desnuda completamente al personaje, ahora un luchador de lucha libre en decadencia y no sólo en el plano profesional, sino también en lo personal. Nos indica que por diferentes razones Robison fue perdiendo todo aquello que amaba y que en su oportunidad no valoró. Ahora se encuentra en la más oscura soledad dentro de su camioneta, escuchando viejos temas que le parten el corazón. Durante su vida “El Carnero” no sólo ha recibido golpes dentro del ring, sino que también fuera de él. Golpes que según afirma le han lastimado mucho más que dentro del cuadrilátero de la gloria. Cassidy o Pam la streaper (Marisa Tomei) se convierte en su confidente y única amiga. Un interesante personaje tan parecido a él en su decadencia y que vive su propio infierno interior, cuando ya no se es tan joven, y su belleza no alcanza para seducir a sus clientes como antaño.
“El luchador” no se trata tan sólo sobre la decadencia de un personaje otrora ídolo de la lucha libre. “Randy Ram” perdió todo lo que amaba, su esposa, su hija y su juventud. Ahora según confiesa no es más que un trozo de carne en exhibición, como los gladiadores en el circo romano. Los golpes, la sangre y las cicatrices, le han pasado la cuenta. Sin embargo, lo único que posee y que nadie le puede quitar es su dignidad. Ahora sólo queda la entrada a la gloria, con el tema de Guns Roses, Sweet child of mine (dulce niña mía) de fondo, además de su fiel público y el último salto al vació de nuestro nuevo héroe, notable.
El Rock y “Randy”
La banda sonora elegida para el film, es una selección de lo mejor de la escena Rock de los ochenta. Le venían como anillo al dedo a “Randy” rememorando lo mejor que había vivido durante sus años dorados. Por ejemplo el melancólico tema de Cinderella “Dont now what you got” (no sabes lo que tienes hasta que los pierdes) desnuda completamente al personaje, ahora un luchador de lucha libre en decadencia y no sólo en el plano profesional, sino también en lo personal. Nos indica que por diferentes razones Robison fue perdiendo todo aquello que amaba y que en su oportunidad no valoró. Ahora se encuentra en la más oscura soledad dentro de su camioneta, escuchando viejos temas que le parten el corazón. Durante su vida “El Carnero” no sólo ha recibido golpes dentro del ring, sino que también fuera de él. Golpes que según afirma le han lastimado mucho más que dentro del cuadrilátero de la gloria. Cassidy o Pam la streaper (Marisa Tomei) se convierte en su confidente y única amiga. Un interesante personaje tan parecido a él en su decadencia y que vive su propio infierno interior, cuando ya no se es tan joven, y su belleza no alcanza para seducir a sus clientes como antaño.
“El luchador” no se trata tan sólo sobre la decadencia de un personaje otrora ídolo de la lucha libre. “Randy Ram” perdió todo lo que amaba, su esposa, su hija y su juventud. Ahora según confiesa no es más que un trozo de carne en exhibición, como los gladiadores en el circo romano. Los golpes, la sangre y las cicatrices, le han pasado la cuenta. Sin embargo, lo único que posee y que nadie le puede quitar es su dignidad. Ahora sólo queda la entrada a la gloria, con el tema de Guns Roses, Sweet child of mine (dulce niña mía) de fondo, además de su fiel público y el último salto al vació de nuestro nuevo héroe, notable.