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Musical. Romance. Comedia
Verano de 1959. Sandy (Olivia Newton John) y Danny (John Travolta) han pasado un romántico y maravilloso verano juntos, pero, cuando las vacaciones se acaban, sus caminos se separan. Inesperadamente, vuelven a verse en el instituto Rydell, pero la actitud de Danny ya no es la misma: ya no es el chico encantador y atento que encandiló a Sandy; ahora es engreído e insensible. (FILMAFFINITY)
30 de diciembre de 2010
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estados Unidos, al ser primera potencia mundial política, económica y militar, se ha convertido en escaparate y referente para la mentalidad occidental. Su bagaje cultural ha sido importado, y lo está siendo cada vez más, a nuestras tierras de forma impresionante, y día a día podemos ver cómo sus estereotipos sociales encuentran su particular versión española por estos lares.
El cine tiene parte de culpa en este fenómeno, pues es en gran parte a través de él como se nos ha mostrado el anzuelo de la sociedad ideal, la sociedad que debemos querer y a la que debemos aspirar.
Uno de los ámbitos que mejor se presta a mostrar esa realidad estadounidense supuestamente ideal a través del cine es el instituto, generándose así el género highschool, cuyas tramas se desarrollan en el ámbito escolar de los típicos institutos americanos de atractivos quarterbacks, dulces y populares animadoras y emocionantes bailes de fin de curso.
Nos guste o no, todo eso pertenece ya a nuestro imaginario colectivo, y por lo tanto a su correspondiente representación cinematográfica, no exenta en muchos casos de ridiculización.
Grease, de Randal Kleiser, es una de esas películas que, a modo de cariñosa parodia, realiza un homenaje a aquellos años cincuenta que tanto marcaron la mentalidad de la sociedad estadounidense, y por extensión de la sociedad occidental.
Basada en el musical homónimo de Jim Jacobs y Warren Casey, Grease cuenta la historia de la vuelta al cole en el instituto Rydell, donde Danny Zuko (John Travolta) y Sandy Olson (Olivia Newton-John) se reencuentran inesperadamente tras haber vivido un ligue de verano.
Lo cierto es que trama no tiene demasiada, pero sería estúpido ponerse a buscar un argumento en un musical como Grease, donde lo principal son las pegadizas canciones y los atractivos bailes que los “jóvenes” actores nos ofrecen, y cuya única y principal utilidad consiste en alegrarte la tarde del domingo echándole un vistazo en el sofá de casa. Si es en compañía mejor.
El cine tiene parte de culpa en este fenómeno, pues es en gran parte a través de él como se nos ha mostrado el anzuelo de la sociedad ideal, la sociedad que debemos querer y a la que debemos aspirar.
Uno de los ámbitos que mejor se presta a mostrar esa realidad estadounidense supuestamente ideal a través del cine es el instituto, generándose así el género highschool, cuyas tramas se desarrollan en el ámbito escolar de los típicos institutos americanos de atractivos quarterbacks, dulces y populares animadoras y emocionantes bailes de fin de curso.
Nos guste o no, todo eso pertenece ya a nuestro imaginario colectivo, y por lo tanto a su correspondiente representación cinematográfica, no exenta en muchos casos de ridiculización.
Grease, de Randal Kleiser, es una de esas películas que, a modo de cariñosa parodia, realiza un homenaje a aquellos años cincuenta que tanto marcaron la mentalidad de la sociedad estadounidense, y por extensión de la sociedad occidental.
Basada en el musical homónimo de Jim Jacobs y Warren Casey, Grease cuenta la historia de la vuelta al cole en el instituto Rydell, donde Danny Zuko (John Travolta) y Sandy Olson (Olivia Newton-John) se reencuentran inesperadamente tras haber vivido un ligue de verano.
Lo cierto es que trama no tiene demasiada, pero sería estúpido ponerse a buscar un argumento en un musical como Grease, donde lo principal son las pegadizas canciones y los atractivos bailes que los “jóvenes” actores nos ofrecen, y cuya única y principal utilidad consiste en alegrarte la tarde del domingo echándole un vistazo en el sofá de casa. Si es en compañía mejor.