No pasa de ser algo graciosillo, que se deja ver, que arranca algún bostezo y poco más y eso que siento J. y E. Coen como un descubrimiento personal pero es que ni actores tan reputados como J. Goodman; exagera su papel, S. Buscemi; desaprovechado y un Jeff Bridges que según los Coen confiesan querían reflejar a un conocido fumador de hierba de su barrio y que se queda en un chiste privado, levantan la película.
Las situaciones, dada la comicidad de la historia, se pueden llevar a cualquier extremo y excentricidad. Cualquier conejo que se saquen de la chistera J. y E. Coen tiene cabida en este film.
Para pasar un rato y olvidarse rápidamente.