Típico drama encabezado por uno de los "grandes" Woody Allen.

Típico y tópico drama, con una última media hora penosa y previsible. Es lo que ocurre cuando a nuestro amigo Allen se le ocurre meter en el reparto a todo un elenco de modelos, actores de tres al cuarto.

La cosa es simple: la peli es una historia de infidelidad simple y poco trabajada, con momentos de maestría pero vacía por completo, dirigida por un tio que huele a leguas que chochea. Ya no es lo que era, que le vamos a hacer, como lo será Nadal dentro de poco.

Scarlett es aparte. Quiere ser Monroe y Allen quiere que lo sea pero lo penoso es que ella sabe que nunca lo será, y eso es lo triste. Woody entre tanto se limita a hacer una película para jóvenes que no tienen ni puta idea de cine pero con un plus, soy Woody Allen, no os confundáis. Sólo porque su nombre aparece en los títulos de la intro se cree que se va a salvar... ja ja ja.

Y Scarlett me la empina, eso esta claro, sino me pensaría en serio lo de la acera de enfrente. Pero no es suficiente. Yo con las divas no follo, hago el amor. No me times ni me hagas perder el time.

Para acabar, un final metido a orcajadas para justificar el título del filme. Feo y lleno de granos repletos de pus.

Y cuando Woody esté en su casa viendo cine de verdad llamarán al telefono. El contestará pero nadie responderá. Con un poquito de imaginación comprenderá que al otro lado del hilo se encuentra Federer. Pensará en la sombra que le acecha y en la evidencia. Es ley de vida.