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España España · barcelona
Voto de avanti:
8
Comedia. Romance. Fantástico Joe Pendleton (Robert Montgomery) es un boxeador que iba a luchar por el campeonato mundial pero antes muere en un accidente de avión. Por desgracia para Joe, él no estaba destinado a morir, pero sube al cielo antes de tiempo por culpa de un ángel demasiado eficiente (Edward Everett Horton). Ahora es cosa del jefe del ángel, Mr. Jordan (Claude Rains), encontrar un nuevo cuerpo para Joe y darle otra oportunidad de luchar por el título. ... [+]
5 de marzo de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alexander Hall (1894-1968) estrenó en el año 1941 El difunto protesta con guión de Sidney Buchman y Seton I. Miller basado en la novela Heaven can wait del estadounidense Harry Segall. Iniciado en el teatro, dirigió sus expectativas profesionales al cine mudo desde 1914 como montador y como asistente de dirección hasta 1932 para la Paramount, año en el que se estrenó como director con Sinners in the sun junto a un jovencísimo secundario Cary Grant y la primera estrella del momento Carole Lombard.

No pasarían muchos años para que su reconocimiento como director dieran sus excelentes primeros frutos, sería en 1941 con su comedia fantástica Here Comes Mr. Jordan donde la relación entre dos mundos sociales diferentes son objeto de la interferencia divina personificada en un amable aunque torpe acompañante celestial: Mensajero 7013 (Edward Everett Horton).

La narración se centra en el, a veces, erróneo tránsito entre mundos opuestos necesariamente intervenidos por el Sr. Jordan (Claude Rains) desde la "Estación de tránsito" debido al exceso de celo del acompañante celestial sobre Joe Pendleton (Robert Montgomery) el rudo y amable boxeador musical, convencido que no se encuentra donde debe. Betty Logan (Evelyn Keyes) es la desesperada y bella joven que hace dudar al deportista sobre su transitoriedad terrenal en otro cuerpo ajeno con el único fin de completar su campeonato de boxeo.

Las situaciones de confusión y sorpresa se multiplican hasta la extenuación entre protagonistas desorientados sin saber muy bien que hacer o a quien seguir para resolver el doble conflicto que tiene mucho que ver con Julia Farnsworth (Rita Johnson), la desesperada mujer infiel que quiere quitar del medio a su marido después de un primer intento fallido (gracias a la intervención divina) con ayuda de su secretario personal, el frío y calculador Tony Abbott (John Emery).

Los acontecimientos se van precipitando desde el momento en el que el manager Max Corkle (James Gleason) es citado en la mansión de los Farnsworth sin conocer el motivo ni la razón. Las sorpresas y los sobresaltos ayudan a los protagonistas a situarse en uno u otro lado de los problemas al tiempo que la señora de la casa urde un nuevo plan para deshacerse definitivamente de su esposo Bruce Farnsworth; el propósito está en el aire, con el fiel secretario... de la señora dispuesto, el desenlace aconteciendo y algunos personajes desapareciendo...

El temperamental Inspector Williams (Donald MacBride) trata de aclarar el entuerto entre boxeadores, managers, ayudantes, el servicio y el nuevo campeón KO Murdock (Robert Montgomery). Todo sucede rápidamente con un predecible final en el que nuestro Sr. Jordan deja aclarada la situación entre los vivos permitiendo que el destino siga su curso y la felicidad inunde sorprendentemente al flamante campeón de boxeo y a una joven luchadora con la justicia por la liberación de su padre. La felicidad para ambos está garantizada al menos para los próximos cincuenta años en un maravilloso blanco y negro propio de los buenos metrajes con la fotografía de Joseph Walker y la música de Frederick Hollander.
avanti
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