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España España · barcelona
Voto de avanti:
8
Comedia Falso documental sobre Leonard Zelig, el hombre camaleón que asombró a la sociedad norteamericana de la 'era del jazz'. Su historia arranca el día que miente al afirmar que ha leído Moby Dick, sólo para no sentirse excluido. Desde entonces, su necesidad de ser aceptado lo lleva a transformarse físicamente en las personas que lo rodean, convirtiéndose así en un fenómeno mediático, en una celebridad sin esencia. Testigo de algunos de los ... [+]
2 de julio de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de llegar a la película que nos ocupa, Allen bregó con toda suerte de personajes digamos camaleónicos (aprovechando la circunstancia) que ofrecieron: desparpajo, atrevimiento en el guión, inseguridad afectiva, aventura revolucionaria, bufonadas en la Corte, noctambulismo en Rick, criogenización, baile con la muerte, irreverencia frente a inquisidores culturales, ligón sin suerte, introspectivo en la dirección, inseguro enamoradizo, incomprendido star-system, inventor, y ahora personajillo que desde el anonimato se convierte en todo un camaleónico personaje con suficiente historial para respaldar al imperfecto e inseguro Leonard Zelig (Woody Allen).

En Zelig (1983), Woody pone el énfasis entre la persona anónima que representa y el personaje famoso de Sandy Bates en Recuerdos (1980). La diferencia fundamental es que aparta la tragicomedia para convertir Zelig en una película notablemente más cómica, todo y que esté enfocada como falso documental. Al resultado obtenido le ayudó un proceso óptico que le facilitaba intercalar, sobreponer su imagen sobre quien fuera y el entorno que quisiera, de modo que la fusión de imágenes históricas de archivo, actores y personas conocidas de diferentes ámbitos de la época, nos dio un resultado más que aceptable en su propuesta cinematográfica.

Leonard Zelig es un personaje que muta a su antojo, quiere ser como la gente que le rodea abandonando sus propias ideas y creencias para derivar en los gustos ajenos que admira imitándolos como protección por el temor al rechazo: adoptar la personalidad de otros le da seguridad, ser como los demás le potencia su ego, convirtiéndolo así en necesidad y problema psicológico a resolver.

En un incomprensible alarde de metamorfosis nuestro camaleónico Zelig consigue transformarse en dramaturgo junto al Nobel Eugene O' Neill, de Pagliaccio, de fumador de opio y siempre ante la asombrosa mirada de la gente que le rodea... Un grupo de doctores especialistas opinan , teorizan sobre las posibles causas de las mutaciones en Leonard Zelig: problemas glandulares, mala alimentación, neurología deficiente , tumores... nada está comprobado, todo es pura sospecha.

La verdadera condición de nuestro mutante héroe es más simple que todo eso: Woody Allen lo resume en un endeble e inseguro personajillo que toma su aparente fortaleza como defensa de su marcada fragilidad ante las agresiones externas de la sociedad, una celebridad sin esencia que se crece ante las adversidades mientras que no le planteen dudas. El deseo de ser como los demás es su única meta y su único escudo social que le permitirá ser aceptado, convirtiendo su afán en atracción de feria por su interesada hermana Ruth (Mary Louise Wilson) y el ventajista negociante de su pareja Martin Geist (Sol Lomita).

La situación se desborda, la sociedad comienza a cansarse de sus transformaciones, la doctora Fletcher (Mia Farrow) es la única especialista confiada en recuperar al verdadero Leonard Zelig, rescatándolo de la tenebrosa rueda de las transformaciones a las que les ha sometido su inseguridad y su miedo a ser rechazado: doctor, músico de jazz, gánster, francés, negro, obeso, escocés, indio, cura en San Pedro... Demasiado castigo transformador para un personajillo cuyo solo afán es agradar sin mentir, sin ser otros, sin escabullirse bajo ningún manto que no fuese el suyo propio, a lo que la doctora Fletcher colabora con tenaz insistencia... y es que el amor todo lo puede... ¿no?
avanti
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