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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
6
Intriga. Thriller Joey Fane, un niño de diez años, regresa a casa después de haber pasado una temporada en un colegio especial, al que fue enviado tras matar a su hermana pequeña. Desde su llegada, se dedica a hacer la vida imposible a su familia, en especial a su niñera, a quien llega a acusar de intentar matarlo. Todo indica que Joey sigue gravemente perturbado. (FILMAFFINITY)
28 de junio de 2010
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aprovechando el éxito iniciado en “¿Qué fue de Baby Jane?” (1962), y tras la estela de “Canción de cuna para un cadáver” (1965), la Hammer ideó para Bette Davis “The nanny” ( y tres años más tarde,“The anniversary”), a través del productor y guionista Jimmy Sangster. “A merced del odio” ( horroroso título) es una de las últimas películas relevantes de Bette Davis, que contaba ya con 57 años y una carrera en declive.

El argumento es bastante sencillo. Joey, un niño de 10 años, rebelde, maleducado, caprichoso y con evidentes carencias afectivas, regresa a casa tras una larga temporada de internamiento en un centro especial. Un suceso del pasado reciente marcó la vida familiar, por lo que los padres optaron por la salida del chico. Su retorno al hogar supondrá una serie de dificultades, especialmente con Nanny (Bette Davis), la asistenta del hogar.

Nanny es servicial, cumplidora, disciplinada y abarca todas las tareas de la casa. Su aspecto es algo tétrico, con profundas ojeras, cara muy blanca, labios ligeramente pintados y cejas pobladas, lo que quizá constituye un exceso por parte del equipo de maquilladores.
El padre (Jill Benet), cuya profesión es secretario de la Reina, se ausenta con frecuencia debido a sus compromisos profesionales. Es austero, recto, más partidario del castigo que del diálogo y jamás sonríe en el film.
La madre (Wendy Craig), perturbada tras el trágico suceso, es permisiva e inestable.
El único apoyo de Joey recae en su vecina adolescente, Bobbie (Pamela Franklin, que venía de hacer 4 años atrás “Suspense” de Jack Clayton), que nos permite conocer un poco mejor las inquietudes del niño. El chico (William Dix) realiza una interpretación notable.

Los aspectos técnicos son correctos, destacando la elegante fotografía en blanco y negro. La ambientación está bastante conseguida. Seth Holt recurre a tomas angulosas y primeros planos de Bette Davis para conseguir una atmósfera tétrica. La dirección es correcta, con una sencilla puesta en escena. Demuestra un gran dominio de los encuadres. Se basa sobre todo en la interpretación de los actores.

La narración es correcta pero a medida que pasan los minutos, la sensación es que no se avanza. El espectador quiere saber más, pero la transición hacia el conocimiento de los hechos es lenta, dando la sensación de un cierto “estiramiento” del metraje. Al final todo se reduce a un duelo de versiones y al juego de ambigüedades.
El final hace “aguas”.

En definitiva, correcta pero sin alardes. Destaca, como siempre, Bette Davis.
Gabriel Ufa
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