Tenía ya ganas de ver "Train to Busan" por las buenas críticas cosechadas. Así pues, las expectativas eran muy altas. Pero suele pasar que cuando uno se pone el listón muy alto, a veces no llega. Y así ha sido.

Sí, está bien, entretiene, pero no es para tanto.

Se ha buscado una cierta actualización al cine de zombies (es una peli de zombies, por muchos se empeñen en decir que no), pero realmente hay pocas novedades más allá de mostrarnos las historias personales de los protagonistas por parejas para después separarlos, con un enfoque melodramático, que va calando progresivamente en el espectador.

De los actores, el antagonista, inconfundible, es el que se lleva la palma por su maldad sin escrúpulos. Y luego está la pequeña, con unos minutos finales muy destacados.

Los momentos de acción no están mal, con los ataques de los "infectados" en masa. Aunque para mi gusto, los movimientos son demasiado "artísticos", retorcimientos exagerados, eléctricos, poco creíbles, casi tan rápidos corriendo como el propio Carl Lewis.

A su favor está la tensión que logra su director, y la parte final, en contra de este tipo de películas del género, más trabajado y mejor acabado que la mayoría, aunque quedan muchas cuestiones en el aire.

No es una película de grandes efectos visuales, y tampoco busques humor. Se me hace bastante larga, se nota que está muy estirada y con menos minutos habría quedado mucho mejor.

Desde luego, después de haberla visto, no es la película por la que yo pagaría una entrada de cine.