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Voto de Ignatius Reilly:
8
5.7
10,881
Drama. Comedia
Joel Goodsen es un joven de 17 años, universitario y responsable. Un chico en el que cualquiera puede confiar. Pero ha sido bueno durante demasiado tiempo. Ahora los padres de Joel se encuentran de viaje, y él está solo a cargo de la casa. Sus padres, confían en él. Aunque quizá no deberían... (FILMAFFINITY)
30 de julio de 2022
16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Risky Business pertenece a ese género de películas en donde las líneas de separación entre la crítica hacia la conducta de los protagonistas y la complicidad del guion con estos están difusas. Dos son las principales interpretaciones, los espectadores que la ven como una disparatada e incorrecta comedia juvenil, y los que en un aparente contexto, llamémosle, "érotico-festivo" ven una sibilina y mordaz crítica hacia la sociedad norteamericana, sus valores, y su sacrosanto capitalismo.
Perteneciendo en un primer momento a los primeros, la reflexión y la lectura de diversas críticas, incluida la del propio director-guionista, me ha llevado a la certera conclusión de que las intenciones de Paul Brickman eran mucho más profundas que las de meramente entretener: estamos ante una oscura tragicomedia llena de fatalistas desenlaces.
De manera esperpénticamente paródica, y a ratos surrealista -no faltan numerosos simbolismos-, Brickman quiso retratar a sus vecinos de clase alta en Chicago, esa gente obsesionada con el triunfo económico y social. Por razones comerciales, el estudio le obligó a cambiar el final original -hoy día subido en youtube-, mucho más melancólico, ambiguo y pesimista; un final que, si bien no es muy distinto al finalmente estrenado, tiene matices suficientes para evidenciar la visión de Brickman.
Continúo en el spoiler para hablar con más libertad.
Perteneciendo en un primer momento a los primeros, la reflexión y la lectura de diversas críticas, incluida la del propio director-guionista, me ha llevado a la certera conclusión de que las intenciones de Paul Brickman eran mucho más profundas que las de meramente entretener: estamos ante una oscura tragicomedia llena de fatalistas desenlaces.
De manera esperpénticamente paródica, y a ratos surrealista -no faltan numerosos simbolismos-, Brickman quiso retratar a sus vecinos de clase alta en Chicago, esa gente obsesionada con el triunfo económico y social. Por razones comerciales, el estudio le obligó a cambiar el final original -hoy día subido en youtube-, mucho más melancólico, ambiguo y pesimista; un final que, si bien no es muy distinto al finalmente estrenado, tiene matices suficientes para evidenciar la visión de Brickman.
Continúo en el spoiler para hablar con más libertad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Risky Business no dulcifica el mundo de la prostitución -de lujo-. Joel "Goodson" (buen hijo) debería haber perdido la virginidad con la joven que hace de niñera en casa de sus vecinos, pero las constricciones morales puritanas por un lado (sueño en el que la policía le detiene por intimar con la canguro), y la presión de ganar a toda costa por otro, le hacen iniciarse en el mundo adulto del sexo por la vía rápida, cínica y brutal: la prostitución.
Entre Joel y Lana no existe amor recíproco. Lana va siempre dos pasos por delante de Joel, se aprovecha de él, de su dinero, de su casa. Le utiliza para saldar sus deudas con el chulo. Le tiende una trampa para desvalijarle en la famosa escena tórrido-ferroviaria. La relación estaba amañada desde el principio.
Risky Business no tiene un desenlace feliz, a pesar de las apariencias. Finalmente Joel se da cuenta de todo el montaje. Lana le miente, aunque parece sufrir remordimiento, quizás ahora ya siente algo por Joel. En el final comercial, Joel, convertido definitivamente en un pícaro yuppie, se cree la mentira de ella, o al menos la ignora, y abraza el estilo desenfrenado de vida ("Time of your life, huh kid?"), ella pasa a depender económicamente de él, se tornan los papeles, él ahora es su chulo. En el final original, ambos se fusionan en un triste abrazo en el restaurante, que deja caer la fatalidad a la que está condenada esta relación, no se explicita la conversión total de Joel en un yuppie, ella parece arrepentirse claramente de sus actos, se cierra la película con la más ambigua frase en off " Isn' t life grand?".
Un adolescente proxeneta como modelo empresarial de éxito. Humor negro, claro.
Meritocracia para pasar a formar parte de la élite política y económica estadounidense es cuando un estudiante rico mediocre soborna con placeres sensuales a los reclutadores de esta élite. Más humor negro.
El amigo bravucón y graciosete que al principio incita a Joel a prescindir de cualquier atadura ética finalmente es el único que rechaza usar los servicios de las prostitutas. En ese momento se enciende una pipa, símbolo arquetípico de la intelectualidad académica. Quizás este personaje sea una especie de alter ego del director, o, simplemente, una parodia más.
El huevo de cristal como símbolo de la inocencia de Joel. Primero la pierde, después la recupera de cara a sus padres, pero al final descubrimos que está corrompida para siempre.
Imprescindible film ochentero para comprender el Zeitgeist del momento, aunque tampoco somos ahora muy diferentes. Ironías de la vida, Paul Brickman nunca llegó a consolidarse como director, a pesar de multiplicar por 10 en taquilla el presupuesto, quizás él también quedó desengañado con la industria cinematográfica y su afán mercantilista.
La BSO de Tangerine Dream obra maestra de la música sintética.
Entre Joel y Lana no existe amor recíproco. Lana va siempre dos pasos por delante de Joel, se aprovecha de él, de su dinero, de su casa. Le utiliza para saldar sus deudas con el chulo. Le tiende una trampa para desvalijarle en la famosa escena tórrido-ferroviaria. La relación estaba amañada desde el principio.
Risky Business no tiene un desenlace feliz, a pesar de las apariencias. Finalmente Joel se da cuenta de todo el montaje. Lana le miente, aunque parece sufrir remordimiento, quizás ahora ya siente algo por Joel. En el final comercial, Joel, convertido definitivamente en un pícaro yuppie, se cree la mentira de ella, o al menos la ignora, y abraza el estilo desenfrenado de vida ("Time of your life, huh kid?"), ella pasa a depender económicamente de él, se tornan los papeles, él ahora es su chulo. En el final original, ambos se fusionan en un triste abrazo en el restaurante, que deja caer la fatalidad a la que está condenada esta relación, no se explicita la conversión total de Joel en un yuppie, ella parece arrepentirse claramente de sus actos, se cierra la película con la más ambigua frase en off " Isn' t life grand?".
Un adolescente proxeneta como modelo empresarial de éxito. Humor negro, claro.
Meritocracia para pasar a formar parte de la élite política y económica estadounidense es cuando un estudiante rico mediocre soborna con placeres sensuales a los reclutadores de esta élite. Más humor negro.
El amigo bravucón y graciosete que al principio incita a Joel a prescindir de cualquier atadura ética finalmente es el único que rechaza usar los servicios de las prostitutas. En ese momento se enciende una pipa, símbolo arquetípico de la intelectualidad académica. Quizás este personaje sea una especie de alter ego del director, o, simplemente, una parodia más.
El huevo de cristal como símbolo de la inocencia de Joel. Primero la pierde, después la recupera de cara a sus padres, pero al final descubrimos que está corrompida para siempre.
Imprescindible film ochentero para comprender el Zeitgeist del momento, aunque tampoco somos ahora muy diferentes. Ironías de la vida, Paul Brickman nunca llegó a consolidarse como director, a pesar de multiplicar por 10 en taquilla el presupuesto, quizás él también quedó desengañado con la industria cinematográfica y su afán mercantilista.
La BSO de Tangerine Dream obra maestra de la música sintética.