La película fue un exitazo en su momento precedida por la obra de teatro de la que se escribe el guión, aunque por lo visto es casi una trascripción de la obra de teatro, al menos en los diálogos. Está dividida en escenas o cuadros como cualquier obra de teatro y entre ellos algún número musical. Llena de dobles sentidos y de situaciones muy “mariquitas” requiere unos intérpretes que al espectador hetero le hagan entrar en situación sin que le rechine tanto amaneramiento. En este caso los dos protagonistas principales se encargan de todo el trabajo, y demasiado seguros de su masculinidad, se dedican a interpretar a estas dos locas en situaciones de comedia francesa. Me ha divertido mucho, me ha gustado, pero sin exagerar ya que adolece de ese carácter tan típico de las comedias sobre homosexuales que están hechas para que los heterosexuales se rían de las mariconadas que hacen las locas y en algunos momentos me parece que pueden llegar a reírse de las mismas locas.