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Burkina Faso Burkina Faso · Lolailo
Voto de Buscapé:
6
Thriller. Intriga Tom O'Meara, policía neoyorquino de ascendencia irlandesa, acoge en su casa a Rory Devaney, un joven irlandés recién emigrado. Entre ambos surge una gran amistad, pero lo que Tom ignora es que Rory es el terrorista más buscado de Gran Bretaña. (FILMAFFINITY)
3 de septiembre de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que la cinta se planteó primigeniamente como un thriller oscuro y violento protagonizado por Pitt, era obvio por algunos pasajes del filme, (el sangriento inicio en Belfast) pero que la idea inicial se desvirtuó cual azucarillo en el cola cao es obscenamente patente ya con la premisa hilarante del guion: terrorista del IRA se va a hacer las américas en busca de armamento pesado, (nada más y nada menos que unos Stinger, los mismos que le han costado más de un dolor de huevos a los ucranianos que se los presten el amigo americano) para iniciar la contraofensiva en su tierra.

Si pasamos por alto dicha estupidez, nos encontraremos un thriller bastante convencional al que lo único que llama la atención es el morbo por ver a dos titanes intentado devorarse mutuamente: la química entre el dúo calavera, es nula. Hace unos años Pitt echó pestes de Pakula y el ejército de guionistas contratados exprofeso por Ford para mutar la cinta en otro blockbuster protagonizado por Ford y no por el emergente Pitt: la cinta se concibió como el espaldarazo definitivo a la carrera de Pitt, sin embargo, Ford, en un secular ataque de cuernos, no deglutió muy bien que su personaje fuera un mero mamporrero al servicio de un neófito en el negocio. Así que arduo y sin demora alguna, nuestro querido Dr. Jones acabó tirando de agenda de contactos para hacerle la cama al bueno de Pitt: se presentó en el set de rodaje con un ejército de guionistas para reescribir pasajes enteros en los que Pitt era el protagonista. Dicho y hecho: Pitt pasó a un discreto segundo plano con un Ford encarnando al übermench americano que pone en su sitio a sus primos irlandeses: en la tierra del tío Sam, manda la doctrina Monroe, no la de un paleto irlandés, por muy del IRA que quiera ser.

Diálogos vacuos, predecibles y repletos de confeti proselitista family friendly, villanos de postín, (Treat Williams) y música irlandesa reciclada de Braveheart y Titanic, (nuevamente, el sucumbido Horner, vuelve a las andadas del autoplagio, patente y obsceno) podemos leer directamente en el rictus facial de Pitt que se siente incómodo, violado, usado y tirado por un peso pesado de la vieja guardia hollywoodiense. Inerme, todo él ante un producto abocado desde el minuto cero, al más estrepitoso de los fracasos.

La producción costó unos 100 millones de dólares, de los cuales, Ford se llevó 20 y Pitt trincó 8. El resto del presupuesto se gastó en ansiolíticos y cachondina para relajar un set donde el dúo calavera llegó a las manos. Lo que le costó al neófito ser prácticamente defenestrado del set y de la promo ya que tuvieron que intervenir sus padres para aplacar la ira del hombre del látigo, el cual, prohibió que les fotografiaran juntos y coincidir si quiera en ninguna premier. Dicho y hecho, fue interesante ver el grado de vulnerabilidad de una estrella como Pitt, viajando por medio mundo promocionando una película que detestaba y detesta, sólo, unicamente acompañado por sus padres ya que no podía ni acercarse al entorno de Ford.

Años después, con un Ford bastante más sesudo y menos cabrón, quiso quitarle hierro al asunto diciendo: - “En primer lugar, admiro a Brad Pitt”. “Sin embargo, Brad desarrolló el guion. Luego me ofrecieron el papel. Me guardé mis comentarios sobre el personaje y la construcción de la historia porque admiraba a Brad”.
“Lamentablemente, no pudimos ponernos de acuerdo sobre un director. Tuvimos problemas juntos hasta que llegamos a Alan Pakula, con quien yo había trabajado antes, pero él no. Brad tenía un personaje complicado, y yo quería una complicación de mi rol para que no fuera sólo una batalla entre el bien y el mal. Y fue entonces cuando se me ocurrió lo de los malos tiradores”.

Con lo cual, más allá de un mero truco de marketing para explotar la rivalidad y atraer al público, (estilo Soldado Universal con Dolph Lundgren y Van damme fingiendo un conato de tangana en Cannes 92') masivamente a ver la película, existió una genuina y corrosiva rivalidad que destruyó la cinta y que hoy por hoy es única y tristemente recordada por ver a dos leyendas odiarse mutuamente en cada escena.

En definitiva, “La Sombra del Diablo” no es un mal thriller, funciona como entretenimiento dominguero y poco más. Los artistas involucrados y el set convirtieron lo que podría haber sido un impactante thriller en otro rutinario blockbuster condenado a morir en algún surtido barato de dvds en los canastos de unos grandes almacenes a punto de demolición.
Buscapé
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