Película extraña y especial por donde se mire. Meryl Streep da el cante encarnando a la odiosa y tiránica obsesa por la juventud, Bruce Willis cambia de rol para ofrecernos a un calzonazos entrañable y alejado de sus incombustibles papeles en "Jugla de Cristal" y "El último Boyscout". Y para finalizar tenemos a Goldie Hawn, actriz de lánguida carrera y que no recuerdo más allá de ésta película.

Zemeckis hace una critica feroz contra el Hollywood de la momias obsesas con la "eterna juventud", donde cualquier cosa es una excusa para entrar en el quirógrafo para vencer las arrugas, las patas de gallo y las tetas caídas. Ya hace años, Madonna rodó un videoclip burlándose de esa obsesión que tienen las celebrities por el quirófano. Lo que cabe reseñar, que la realidad supera con creces a la ficción.

La película resulta muy atractiva porque consigue mezclar géneros, (fantástico, algo de terror y mucha comedia negra) las interpretaciones se engarzan perfectamente: Meryl Streep con su despreciable personaje consigue dar la contra réplica al pusilánime personaje de Willis y Goldie Hawn termina de cerrar el trío calavera con su obsesiva búsqueda de venganza.

En líneas generales, es una comedia muy bien realizada, ágil y entretenida. Destaca su ambientación cuasi fantástica y el tercio final con la ambientación en la Greystone Mansion, (lugar típico donde también se han rodado 'Batman & Robin', 'El Gran Lebowski', 'El guardaespaldas'...) da un toque especial a la cinta.

El final en el funeral es la guinda del pastel con el mítico speech del sacerdote sobre "la vida eterna" y los "muertos vivientes de Hollywood".